↝¡Dame eso, Min Jimin!↜

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Jimin siguió corriendo hasta detenerse en un árbol, tratando de esconderse y poder recuperar la respiración.

— Estúpido vendedor, estúpido perro, estúpido esposo... –masculló.

Lentamente fue bajando al césped con ayuda del tronco, tomando asiento en posición de loto.

— ¡Porque no puedo comer lo que yo quiero! –gritó mirando la copa del árbol y levantando los brazos al cielo. —¿Por qué?

Abrió la bolsita de pocky y sacó un palito, llevándoselo a la boca. Desde la tarde de ayer se le antojaron comer de estas golosinas, pero Yoongi le dijo que estaba castigado por haber comido limones durante la semana de su ausencia.

— Al diablo con los modales –sacó otro palito. — Yoongi no puede estarme quitando mis antojos. ¡Llevo más de un mes sufriendo! Si a él lo dejara en... En... Caray, ¿Con que hago sufrir a un hombre? –Preguntó al aire.

— Déjalo en abstinencia, querido.

Jimin pego un brinco en el lugar, pasándose la mano por el cabello y viendo a la dulce anciana que se sentó junto a él.

— Puf. Eso no lo detendría. –siguió la corriente, admirando como la abuela tejía con parsimonia.

— ¿Y tú qué sabes cariño?

La anciana dejó a un lado la bufanda que tejía y resopló.

— Lo conozco bien abuela. Estoy más que seguro que iría a buscar a alguien con quien complacerse. –recargó su barbilla en la palma de su mano, mientras se apoyaba con el codo en la rodilla.

— No pienses así cariño. Si él te ama mucho, lo que buscará; es que tú, estés contento y conforme con lo que te gusta. Es falso que un hombre aguanta tanto tiempo en abstinencia, si puede ir donde una chica o chico en un bar y darse el mejor o peor polvo de su vida.

Jimin le sonrió abiertamente y negó, pasando su lengua por los labios.

— Yo sé que me ama, así como yo lo hago con él. Pero quien quita que me sea infiel ese imbécil.

— ¡Ay mocoso! –dijo la anciana arreglando su cabello canoso para atrás. — ¿Qué no oíste lo que te dije?

— Claro abuela, que los hombres siempre buscarán darse un buen polvo con cualquiera.

— Los jóvenes de ahora. –fue el turno de negar y sostenerse la frente. — Cada día son más idiotas.

— ¡Abuela! –reprochó en una carcajada Jimin.

De pronto ambos dieron un tremendo brincó, la pobre anciana aruño a Jimin del susto y este solo soltó un grito lastimero.

— Te encontré.

Y frente a ellos, estaba un chico vestido completamente de negro, exhausto y recargándose sobre las rodillas.

— Te dije... Demonios Jimin... –tomó bocanadas de aire. — No vuelvas a correr así.

— Ah, este es el imbécil. –preguntó la anciana, separándose de Jimin. — Pues con esa cara que tiene y el modo que viste –de reojo vio al rubio. — Dudo que te sea infiel o alguien le pelé.

— ¿Disculpe? –esta vez habló Yoongi indignado y confundido con las palabras de la anciana.

— ¿Usted cree? –ignoró al mayor, dejándolo boquiabierto.

— Sí cariño, tú tranquilo. Me tengo que ir, fue lindo conversar contigo. –regalándole una sonrisa muy dulce y una acaricia en la mejilla, se fue.

— ¿Por qué me dijo imbécil? –preguntó Yoongi al rubio que no dejaba de observar a la anciana que caminaba como alma que se lleva el diablo.

Soltó una carcajada, tapándose la boca y entrecerrando los ojos.

— Diablos abuela. –sonrió extasiado, pero inmediatamente se borró la sonrisa al tener a su esposo enfrente, tapando su panorama.

— ¡La anciana esa me llamó imbécil! –rezongo molesto.

— ¿Y qué quieres haga? No me puedo quitar los zapatos y darle, pau.

— Tks. Deja de darme problemas. –bufó, bajando la mirada a las piernas del menor, frunciendo el ceño al encontrarse con las típicas golosinas pocky. Pero Jimin fue más rápido en quitarlas del lugar y esconderlas detrás. — ¡Dame eso, Min Jimin! Estás castigado.

— ¿Castigado? Jódete Min Yoongi. –desdeñó, rodando los ojos.

El mayor tragó saliva y decidió tomar asiento a la par de Jimin.

— Tu de verdad estás molesto, ¿no?

— Oh, claro que no cielo, solo finjo estarlo. Pues obvio que lo estoy.

Yoongi se acercó y besó la mejilla de Jimin, obteniendo un suave sonrojo.

— O-oye... ¡Eso no se vale! –junto las cejas, formando un mohín.

— ¿Qué es lo que no se vale~? –volvió a besarlo, pero esta vez en la otra mejilla.

— H-Hyung...

— Deja de tratarme de usted, estamos casados. Entre nosotros no tiene que haber nada de honoríficos...

Le sonrió y se acercó más a Jimin, plantando otro beso en su frente.

— Eres muy hermoso. –habló con suavidad, acariciando el lacio cabello rubio del menor. — Eres la ternura andante.

— Deja de avergonzarme, Yoongi~ –no quiso hacerse el de rogar, así que abrazó el cuello del mayor y lo atrajo hacia su cuerpo, abriendo las piernas y dejando a Yoongi entremedio de estas.

— Jiminie... Espera que lleguemos a casa... –balbuceó, acariciando la pierna del nombrado.

— No seas pervertido Yoonie, solamente quiero un...

Acortó la distancia y beso suavemente al mayor, deleitándose con el sabor a menta que poseía en el momento. Les importó poco si se estaban besando en un parque, no cometía delito el demostrarse amor entre ellos o en las a caricias inocentes de Jimin a Yoongi. Se separaron a escasos centímetros, tomando un poco de aire, para volver a fundirse en otro largo y dulce beso.

I like lemon... with salt? ✧ YM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora