16.- Carta

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Palabra: Carta
Pareja: NamJin

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"Está vez te equivocaste en la coreografía, erraste un paso, pero está bien, eso sólo me ayuda a recordar que eres humano y no ese ángel que en mis sueños más cursis veo brillar cuando sonríe... sigue esforzándote, ¡la próxima vez no fallarás!"

Cada dos días, sin falta ni remitente, SeokJin encontraba un pequeño pedazo de papel blanco entre su block de notas, ¿cómo es que llegaba ahí? Nunca lo ha sabido, a pesar de que lleva consigo esa libreta la mayor parte del tiempo, hay momentos que por sus obligaciones tiene que dejarla a un lado y entonces es cuando supone que el extraño aprovecha para dejarle esas pequeñas cartas, esos breves pero hermosos mensajes de desesperación.

"A veces pienso en lo injusto que es este mundo, ¿por qué se te es permitido monopolizar la belleza de esa forma? ¿Por qué se me es permitido a mí este placer de poder mirarte en silencio? ¿Quién es el culpable, tú por tu belleza o yo por disfrutar de ella sin permiso?"

Al principio quiso creer que era una broma, estuvo muchas veces a punto de encarar a sus amigos exigiendo respuestas, pero algunos mensajes eran tan vergonzosos, tan hermosos que temblaba del simple hecho de verse obligado a mostrarlos cuando los demás pidieran pruebas de la burla, SeokJin quería que el culpable confesara, pero él mismo no quería confesar lo que esos mensajes decían.

"Me siento avergonzado, mis mejillas queman mientras te escribo esto, puedo sentir mi sangre arder en mis venas a tal punto que la piel dejó de ser piel, ¿en qué me estás convirtiendo? ¿En qué oscuro juego me estoy dejando absorber? Repito cada palabra que escribo en voz alta, imaginando que te lo digo en persona, imaginando que quemo tu piel junto a la mía, ¿podremos alguna vez arder juntos?"

Algo en su corazón le decía que era alguien cercano, sabía que era un hombre porque en muchas de las cartas el desconocido le permitía saber su género sin vergüenza alguna y él... ya había dejado de sentirse avergonzado también, no le molestaba el hecho de que fuera un hombre, ahora la molestia y frustración sólo estaba en no saber, él quería saber la identidad del desconocido y ese deseo se incrementaba con cada carta nueva que llegaba.

"Te he notado distante, ido, tu sonrisa ya no brilla como antes y mi corazón sufre por no poder acunarte entre mis brazos y decirte "estoy aquí", porque soy cobarde, porque no podría vivir si me apartaras de tu lado si supieras mi sentir, hace tres meses que te escribo, ¿pero tienes idea desde hace cuánto que sufro en silencio? He encontrado mi voz en estas letras que con torpeza escribo a mano, ¿puedes creer que me forcé a aprender a usar mi mano izquierda para que no reconozcas mi letra? Soy un cobarde... ¿cómo puedo esperar que ames a un cobarde?"

"Sabe escribir", fue el pensamiento fugaz que atravesó su mente una tarde cuando escuchó a TaeHyung y a Jimin discutir sobre cuál de las dos rimas que acababan de escribir había quedado más ridícula. Sus cartas, las cartas de su extraño eran hermosas, complicadas y en ocasiones casi indescifrables, debe de admitir que muchas veces ha tenido que buscar el significado de varias de las palabras en ellas, quien le escribía sabía hacerlo y eso en su mente... reducía sus opciones a los raperos.

"¿Sientes curiosidad sobre mi identidad? ¿He logrado remover algo en tu interior con mis incoherencias y desvaríos? ¿Puedo soñar que tus sonrojos me pertenecen? Por favor dime que sí, dime que sonríes cuando lees estas palabras, dime que sueñas con mi voz como yo sueño con la tuya, ¿me has creado un rostro? ¿Cómo seré a tus ojos? Tengo miedo de preguntar, tengo miedo de que lo que hayas creado sea más de lo que soy en realidad, ahora tengo que competir contra tu imaginación, contra tus expectativas, quizás sólo deba morir en el silencio, como una linda anécdota, como algo pasajero y ya está, si desaparezco, ¿me extrañarías? Me gustaría saberlo... deseo tanto saberlo..."

Las manos del mayor de Bangtan temblaron al tomar el bolígrafo, después de mucho pensar, después de mucho cuestionarse si valía la pena arriesgarse y caer en su juego, terminó por decidir que cualquier cosa era mejor que seguir en la oscuridad, él quería saber, necesitaba saber.

«Tú conoces mi voz, yo sólo conozco tus letras y me pregunto... ¿estás dispuesto a dar un paso hacia la luz? Porque yo he dado uno hacia la oscuridad haciendo esto, me he arriesgado por ti, extraño, así que ahora... ¿tú te arriesgarás por mí? Si lo harás, si estás dispuesto a dejar de esconderte te espero a las 10 en el salón número tres, no es una broma, no es una trampa, es sólo que me cansé de leerte, quiero verte. Como lo dijiste en una de tus cartas, yo no puedo amar a un cobarde pero si apareces, dejarás de serlo, ¿no es así?»

Su corazón latía desaforado, sus manos temblaban y también sus labios, ¿irá? ¿No irá? ¿Quién será?

¿YoonGi, HoSeok, NamJoon?

¿Quién quiere él que sea?

NamJoon.

Desde hace días se había sorprendido a si mismo deseando que fuera su líder el dueño de esas cartas, ¿por qué? No estaba seguro, ni siquiera sabía o había notado algún sentimiento especial hacia el menor, pero... cuando trataba de pensar en alguno de sus demás amigos escribiendo esos mensajes algo de esa imagen no le cuadraba en su cabeza, porque para SeokJin nadie podía escribir esas palabras, nadie podía sentir esas palabras, nadie más que NamJoon.

Por favor...

El sonido de la puerta alertó al vocalista que no perdió tiempo en voltear, sintiendo como su corazón casi explotaba en su pecho mientras que las lágrimas (que ni siquiera sabía que estaba reteniendo), cayeron libres por sus mejillas.

–Son... ¿lágrimas de decepción?

–No NamJoon, no lo son.

[BTS] FicTober 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora