PDV.: Desconocido
- Me voy - comento a mi mejor amigo, el cual es mi socio y mi buscador de prostíbulos.
- Pásatelo bien - imita una voz de mujer y me despide con la mano haciéndome reír.
Me meto en el ascensor, bajo al garaje y me meto en mi coche, el cual hago arrancar para llegar al prostíbulo que me aconsejó Mario, ya que uno de sus amigos es el dueño, creo que se llamaba Alex o algo así.
Cuando llego, entro al local donde el ambiente es bastante sexual, huele a sexo y a sudor.
- Hola - dice una chica rubia de ojos marrones, pero paso de ella, ya que yo quiero lo mejor de aquí. Busco al tío que se encarga de todo esto.
- Buenas noches caballero, ¿que se le ofrece? - pregunta con una sonrisa.
- Quiero lo mejor que tengas - sonríe todavía más, aunque dudo mucho que se pueda.
- Estupendo, tenemos una incorporación reciente de una chica muy buena en la cama y... - le corto la frase.
- Quiero a una chica sumisa, guapa y que esté dispuesta a todo - asiente y me lleva a una habitación "lujosa", ya que mi baño está mucho más limpio.
- Ahora se la traigo - se va, por lo que aprovecho a dar vueltas por la habitación. El mueble que está contra la pared tiene bastantes cajones, por lo que abro unos cuantos y veo juguetes sexuales como látigos, esposas, lubricantes...
La puerta se abre dejando ver a otro hombre mucho más joven que el anterior.
- Me han informado de que quieres a Ángel - asiento - bien, pues debes pagar mil por cada hora que quieras con ella - asiento de nuevo, saco la cartera de mi bolsillo y le entrego cinco mil en negro.
- Quiero cinco horas con la chica - el hombre me mira sonriente, asiente y se va.
Minutos después aparece el hombre del inicio con una chica detrás, la tira y tengo que cogerla por que el golpe que se daría contra el suelo sería bastante grave. El hombre se va y nos deja a solas.
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Juro que si no estuviese en mis cinco sentidos, creería que estoy en el puto cielo, joder, su cuerpo, sus ojos llenos de deseo y miedo al mismo tiempo, su culo.. Toda ella es perfecta, aunque lo que no entiendo es como llegó aquí.
- Ya pasaron las cinco horas - entra de golpe el hombre de antes, haciendo que me separe de la chica, Ángel creo que se llamaba.
- Estoy dispuesto a pagar por ella para toda la noche - el hombre asiente y se va, dejándome disfrutar del precioso cuerpo de la chica.
- ¿Porqué? - pregunta medio dormida, ya que follar durante cinco horas seguidas es algo agotador.
- Por que eres increíble, y quiero estar contigo el máximo tiempo posible - ella niega con una mueca en la cara, haciéndome sentir extraño - ¿qué ocurre? -
- Te sonará raro, pero esta historia ya la he vivido y no quiero volver a pasar lo mismo - susurra lo último, haciendo que mi corazón se derrita al verla tan débil y pequeña.
- ¿Cómo que ya viviste esta historia? - necesito respuestas.
- Hace varios años, yo ya trabajaba de prostituta por que me había secuestrado de pequeña, hasta que llegó Matías, mi futuro ex-marido, quien me sacó de este mundo para darme lo mejor, o al menos eso quería hacerme creer - suspira - hace un mes más o menos encontré a Matías con dos mujeres en nuestra cama, me pidió el divorcio y el mismo día decido irme a casa de una amiga y también ex-prostituta, pero llega mi hermano y hace que me secuestren para venir a trabajar a su local - suspira y unas cuantas lágrimas mojan sus sonrojadas mejillas.
- ¿Tu hermano? - pregunto sin entender.
- El que lleva esto y también los pagos de las chicas - abro los ojos al saber quien es.
- ¿Cómo un hermano puede tratar así a su hermana menor? - ella eleva los hombros en señal de no saber, o no querer hablar.
- Yo solo quiero que esto termine y poder irme lejos, sin deber nada a nadie - suspira de nuevo - solo quiero encontrar a alguien que verdaderamente me quiera con y sin pasado - me mira y se le forma una pequeña sonrisa - solo quiero eso, no quiero seguir trabajando en esto - se señala y cierra los ojos en señal de vergüenza.
- ¿Tienes hijos? - ella asiente.
- Etienne, mi pequeño Etienne - murmura - su padre ya le habrá dicho lo que era su madre y seguro ya no quiere verme - empieza a sollozar, por lo que me acerco a ella y la abrazo, sin importarme su desnudez ni sus lágrimas mojando mi pecho.
- Yo también tengo un hijo - suspiro esta vez yo - bueno, en realidad es niña - sonrío - se llama Aida, una niña rubia de ojos marrones -
- ¿Y tu esposa? - hago una mueca.
- Nunca me casé, fue un "accidente" según mi ex-novia, quien al dar a luz se fue sin dejar rastro ni nada - hago un breve silencio - bueno, me dejó a Aida, a quien amo con todo mi corazón - ella sonríe al ver como hablo de mi hija.
- Me gustaría conocerla - al terminar de decir eso, abre los ojos de forma exagerada y se disculpa como mil veces - no te preocupes, algún día la conocerás -
- Lo dudo - y sin decir nada más, beso esos labios que llevan desde que llegué pidiéndome que los bese, que los marque como míos, que les prometa que nunca más volverán a estar solos.
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Aquí os dejo la foto del desconocido junto con su hija
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Prostituta #2 [+18]
Teen FictionSi el dolor jura, tiembla, porque cumple. Para poder entender esta historia, deberéis leer Prostituta #1.