Narra Cassandra
En este momento me encontraba caminando hacia la salida de mi colegio mientras seguía escuchando a Carmen y a sus inseguridades.
- ¿Y si el vestido que escogí no le gusta? ¿Y si me termina? - preguntaba mi amiga mientras me jalaba el brazo de manera exagerada.
- Carmen... deja de decir esas estupideces o te lanzó un zapato - dije cansada de todo lo que decía - tu te ves preciosa siempre sea lo que sea que te pongas.
Era verdad ella era preciosa tenia la piel una tanto bronceada, su cabello largo y de un bello castaño claro, era alta y tenia una figura muy bonita y envidiable. Incluso yo sentía una envidia sana por ella.
- No entiendes lo que trato de explicarte, siento que no soy lo suficientemente bonita para él - dijo bajando la mirada.
- No te sientas así si el no logra ver tu belleza interna y superficial entonces estará perdiendo a una grandiosa chica- dije para luego abrazarla - ahora vamos de una vez que se nos hace tarde.
- Gracias, ahora si vámonos rápido - dijo apresurado su paso.
Ambas teníamos que ir a mi casa a alistarnos para nuestras citas, vivía al otro lado de la ciudad, pero el mejor lugar para arreglarnos tomando en cuenta que nuestras citas serían cerca de mi casa y también por el hecho de que en mi casa sólo se encontraban mi hermano pequeño y su niñera Tatiana, ya que mis padres se encontraban de viaje por un asunto de negocios.
Íbamos hacia la parada del autobús, ya que a la "señorita" Carmen chocó su auto contra el mío, para mi es un peligro conduciendo pero no hay nada que pueda hacer para solucionar eso.
Estábamos por sentarnos en la banca en la parada, cuando un auto nos tocó la bocina.
Miramos hacia el auto y rápidamente reconocidos al chico que conducía ese auto azul brillante.
- Hola chicas, ¿Las llevó a sus casas? - dijo sonriendo amablemente, mientras bajaba la ventana de su auto.
- ¡Claro! - respondió Carmen.
- No - respondí yo - gracias Alonso, pero nosotras vamos al otro lado de la ciudad.
- Lo sé, yo también tengo asuntos que resolver por allá - dijo sonriendo.
- ¿Lo sabes? ¿Cómo? - pregunte.
- ¿Quién se la pasa publicando en Instagram todo lo que le pasa? - dijo mirando a Carmen.
- ¿Quién? ¿Yo? Bueno... a veces... - dijo mientras escribía algo en su celular.
- Ay Carmen - dije golpeando mi frente con la palma de mi mano mientras Alonso reía.
- Entonces, ¿Aceptan? - pregunto.
- Claro - respondí a lo que Carmen se puso a dar pequeños saltitos.
"Esta no se cansa de soñar con que seamos algo más"
Ambas subimos al auto y nos sentamos en los asientos traseros, nosotras nos la pasamos hablamos todo el camino mientras Alonso conducía.
***
- Bueno señoritas, llegamos a su destino - dijo Alonso mientras parqueaba su auto frente a mi casa.
- Gracias - dijimos Carmen y yo al mismo tiempo.
- Espero que tengan una hermosa velada - dijo mientras nosotras bajábamos de su auto.
Nos despedimos de el y luego entramos a mi casa.
En la puerta nos recibió Tatiana con unas galletas como siempre.
Tatiana es la hija de la misma señora que me había cuidado cuando yo era una bebé, ella trabajo por mucho tiempo en mi casa y cuando ya era demasiado mayor como para trabajar su hija tomo su puesto. No es tan mayor que nosotras tiene unos 28 años y siempre nos a tratado muy bien a todos.
- Gracias Tati - dijimos ambas.
- ¡Bu! - dijo alguien detrás de nosotras haciendo que Carmen y yo gritáramos.
Miramos rápidamente hacia atrás.
- Jajajajaja, debieron ver sus caras, jajajaja - dijo mi hermano tirándose al piso mientras reía a carcajadas de nosotras.
- A veces pienso que eres un demonio - dijo mi amiga mientras lo miraba con una cara de indignada- Ya no te quiero, vete vete.
- Pero pensé que me querías - dijo dramáticamente mientras fingía llorar.
-Hay no puedo enojarme contigo pequeña sabandija - dijo mi amiga corriendo a abrazarlo.
Aaa cierto, se me olvidaba mencionar que mi amiga era muy bipolar, además que ama a mi hermano más que a mi.
Iba a romper el momento, cuando alguien tocó el timbre.
Fui a ver quien era cuando vi a mis otras tres amigas con un montón de bolsos y maletas.
- Ya llegó por quien lloraban - dijo la rubia poniendo sus manos en sus caderas.
- Ahhhhhh Madisson - grite y me lance a abrazar a la rubia.
- ¿Qué pasa? ¿Un ladrón? ¿Estás bien? - dijo mi hermano y Carmen corriendo hacia la puerta con una ¿Raqueta y una cuchara?
«Nota mental: Buscar un buen psiquiatra para ese par»
- Calma calma calma, sólo somos nosotras - dijo Estrella sonriendo.
- Pero para nosotras ni abrazo hubo - dijo Natalia haciéndose la indignada.
-¡Abrazo! - dije abriendo los brazos para abrazar a mis cuatro amigas y a mi hermano.
Que lindo es volver a estar todas juntas...
Felicity💙
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La venganza de la ex © (Volvimos, Editando)
Teen FictionTenía dos opciones: 1 Llorar por ti día y noche. 2 Fingir que nada hubiera pasado. No, definitivamente prefiero vengarme.