Seeing the Light

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El como se modifica el flujo de tiempo. Cornelius lo había investigado mucho antes de construir la primera máquina, y los descubrimientos continuaron acumulándose incluso después de que fue construida. Estos descubrimientos no involucraban la memoria o a las personas afectadas por estos recuerdos, sino a el tiempo mismo. Sabía que había una diferencia de tiempo entre el futuro y el presente. En el futuro, veinticuatro horas eran una hora en el pasado. Continuó de esta manera, y ningún científico podría responder por qué la diferencia horaria era tan grande. Se convertiría en una de las preguntas sin respuesta más molestas del mundo. No parecía que el tiempo se alcanzara a sí mismo, y se presumía que no, porque entonces toda la continuidad desaparecería. Sin embargo, de alguna manera, Wilbur y Lewis envejecieron juntos. No pasó un año en el futuro sin el cumpleaños del joven Lewis, y eso desconcertó a Cornelius porque se suponía que no funcionaba así. Con razón, lógicamente, su relación de dos años y medio debería haber sido de dos meses en el tiempo de Lewis, pero cuando llegó el décimo sexto cumpleaños de Wilbur, Lewis tenía quince años. La continuidad y la lógica habían desaparecido, y Cornelius no podía discutirlo con sus colegas debido a la singularidad de la situación. Sin embargo, en el fondo de su mente él sabía la respuesta: el amor que rompió todas las reglas nos mantuvo unido a través de los hilos del tiempo.

Sin embargo, la aceptación de esta respuesta no impidió que Cornelius buscara otra respuesta. Cuando Wilbur y Lewis se pusieron serios y comenzaron a pasar todos los momentos importantes juntos, se dio cuenta de cómo se alinearían los días festivos y los cumpleaños. Sus cumpleaños se alinearon como si hubieran nacido en el mismo año, y eso lo dejó perplejo porque no se suponía que fuera así. Sin embargo, su relación impidió a las fuerzas del tiempo tomar el control sobre ellos. El tiempo no tenía autoridad ni presencia. No sabía qué lo causó, y no creía que ningún científico lo descubriera. Fue un acontecimiento único que se mantendría oculto del mundo por toda la eternidad. Habría pensado que después de que terminaran su relación y dejaran de verse, el tiempo se arreglaría solo, pero ese día que visitó a Wilbur descubrió que eso no era cierto. Su relación dejó una marca permanente en el flujo del tiempo, y con razón, pero mirando hacia atrás, Cornelius no lamentó nada. No lamentó ni un solo toque, no lamentó ningún abrazo, y reviviría ese último beso cincuenta veces más si tuviera la oportunidad. Saltaría en sus brazos sin vacilación y dejaría su antigua vida atrás, pero eso no sucedería. Wilbur había dejado muy claro que ya no lo quería.

NO TE QUIERO MAS.

"¿Qué pasará si, ya sabes, cuando tenga que estar más con Franny que contigo, nos separaremos?"

"Eso no sucederá ni en un millón de años, Lewis. Eres la única persona a la que querré. Y si tienes que estar con ella, te esperaré".

¿Se acordó de esas palabras? ¿Estaban haciendo eco en su mente cómo cuando lo hizo hace años? ¿Le gustaba mirar hacia ellos, de alguna forma enfermiza y retorcida? Pero, todo sobre ellos era enfermo y retorcido. Y ahora, hoy, treinta años después de su último feliz día juntos, ¿estaba pensando en eso? El último beso pasando por su cabeza ...

¿Todavía temblaban sus labios?

Fue una de las pocas veces que Lewis hizo algun movimiento. Y aún recordaba haberlo tomado por sorpresa para darle su primer beso a los dieciséis años. Recordó haberle dado la vuelta y casi derribarlo mientras estaba sorprendido. Y recordó que sus labios temblaban de nerviosismo como si fueran a besarse por primera vez.

Era la primera vez que lo desraba físicamente. Y lo hizo marearse.

"Oye, ¿qué harás para tu cumpleaños?"

"Bueno, quiero que vengas otra vez".

"Oh, claro. Por supuesto. Tu casa siempre es tan alegre en los cumpleaños".

In the closet (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora