Todo lo que me quita la vida me hace sentirme vivo.

25 3 1
                                    

Mi baño es mi escondite, mi sitio donde puedo llorar y no abrirle la puerta a alguien que quiera entrar, puedo poner mi música y olvidarme del mundo creandome el mío, el fin de una derrota marca el comienzo de una victoria, aunque yo no me sienta muy victorioso ahora mismo.

Mis padres quieren evitar los problemas mudándonos a otra ciudad o cambiándome de instituto, pero no es algo tan sencillo de guardar en un tarro y colocarlo en el último cajón de la estantería olvidada, alejarse de los problemas. Por muchas denuncias que pusiéramos, la ley no iba a hacer nada por un niño negro con acento africano que quiere meter a dos blancos sucios en un centro de menores por haberle hecho cambiar radicalmente su vida, a peor.

Ya es  demasiado tarde, mientras que una chuchilla de afeitar de papá se desliza verticalmente por mi antebrazo puedo oir de lejos cómo mi hermana juega y mis padres discuten, como si estuvieran a kilómetros. Sangre fría y espesa que cae al lavabo intentando hacerme olvidar del dolor interno autolesionandome repetidas veces, por mucha sangre que desprenda por mis venas no voy a conseguir morirme, sino ser un poco más marginal ante el mundo cuando sea verano, pero en este momento sólo estábamos Stevie Nicks, la cuchilla y yo. No hay mucho que pensar sobre el futuro cuando el presente es una mierda, espero que el pesimismo y el agobio sean normales durante la adolescencia, porque sólo con volverme a imaginar ésa cámara delante de mi cuerpo desnudo me dan ganas de apretar un poco más esta maldita cuchilla.

Cómo iba la gente a confiar en mí si yo no puedo contenerme dos horas sin entrar al baño a vomitar del estrés, no, la confianza en mi mísmo no es una de mis cualidades. Mamá se ha acercado varias veces a mi habitación y se ha sentado en mi cama cuando yo estaba acostado con las rodillas entre mis brazos, con pantalón vaquero y una chaqueta, escuchando música lenta, para preguntarme algo sobre mí e intentar ayudarme. Es frustrante tener que pensar que si le dices a tu madre que te has intentado suicidar más de una vez ella caerá en tal depresión que tal vez siga tu camino. Mientras que me caían un par de lágrimas por la cara y le decía que todo iba bien, ella había empezado a cantarme la cancíon que solía cantarme la abuela, que en paz descanse, cuando era pequeño, le agradezco a mi madre todo lo que ha conseguido de mi, y compadezco que pueda sentirse insatisfecha porque a su hijo lo maltratan en el instituto o porque no quiere seguir viviendo simplemente.

Mis padres tienen un problema, que mi padre es problemático, suele salir a beber solo a algun bar de la ciudad, no contesta a las llamadas de mi madre y cuando regresa a casa a la hora que me levanto para ir al colegio, grita y a veces rompe cosas. Creo que yo soy su principal fuente de inspiración para beber, antes de que yo naciera mis padres eran muy felices, no tenían preocupaciones y eran libres, pero cada vez más creo yo no fui un hijo muy deseado, encima no han conseguido ninguna de las metas que se propusieron conmigo, no tengo amigos, tengo enemigos, no salgo a la calle, no hago deporte, y me he intentado suicidar varias veces. Mi hermana fue su regalo, el deseo divino de cualquier padre, una niña pequeña, amigable y feliz es todo lo que un padre quiere, y si tiene el futuro asegurado mejor. A veces pienso que mi muerte no sería una catástrofe para tanta gente, mis padres y mi hermana llorarían, mis peluches irían a la basura e incluso a lo mejor consigo que los que se rieron de mi se sientan sucios y mugrientos, y así faciliten la vida a los adolescentes menos afortunados como yo. 'Un pringado menos' sería una frase muy repetida por los que no me conocen, es decir, el instituto entero. En realidad no pretendo hacer que mi vida parezca una mierda, porque yo odio a la gente que intenta dar pena para que otros les escuchen y les compadezcan, cada uno es consciente de lo que hace y de lo que debería hacer. Y no voy a hacer lo que odio, aunque tampoco soy un ejemplo ahora mismo para ningún ser humano.

En mi habitación todo parece gótico, sobre todo cuando la oscuridad ocupa todos los títulos de concursos matemáticos y literarios, la canción de Lavender Moon suena mientras que miro el color blanco oscurecido del techo, mi cama es muy cómoda cuando tu segunda opción donde quedarte dormido es la punta de un cuchillo. Han llamado a la puerta cuatro veces y parece ser que nadie quiere ir a abrir, o que no hay nadie en casa, o que me están gastando una broma, o que me odian. Después de estar toda la tarde llorando, me falta pasar una noche deprimido en mi cuarto y no quiero que ningún vecino entrometido me interruma porque estoy a gusto sólo. Pero mi madre tiene que llamarme al teléfono, lo he mirado un poco alejado de mi cara porque el brillo de la pantalla me cegaba vista, he cogido la llamada, he llevado el móvil hacia mi oído, y al oir lo que mi madre me ha dicho me he resvalado y he caído al suelo. Lo que mi madre me ha dicho desde luego ha hecho que mi expresión facial cambie radicalmente.

InadaptadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora