Capítulo 4.

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Narra Tn.

Estaba en aquel horrible lugar donde perdí todo lo que apenas tenía. Estaba en el castillo de Ferid...

Me miré a mi misma. Tenía doce años y vestía la ropa de ganado.

Miré a mi alrededor y no había nadie. Ni si quiera Yu-chan.

—Ya no tenemos por qué preocuparnos. —dijo una voz aguda detrás de mi mientras que varios pasos se acercaban.

Voltée y allí se acercaban Mika, Chihiro, Kouta, Taichi, Akane, Fumie y Ako.

Al verlos, sentí como mi corazón era exprimido por todo lo que estuve guardando durante cuatro años. Sentí unas inmensas ganas de llorar, pero no me iba a derrumbar delante de ellos, no.

—Exactamente, ya no tendremos por qué preocuparnos. —habló Mika y caí de rodillas. No iba a llorar.

—¿P-preocuparse por qué? —pregunté.

—Ya tienes un amigo. —dijo Akane. —Eso era lo que nos preocupaba. Ya podemos irnos en paz.

Todos empezaron a darse la vuelta y comenzaron a caminar mientras desaparecían en la oscuridad.

—¡E-esperen! —grité pero ya se habían ido todos menos Mika que seguía allí parado mirándome con una sonrisa. —¿M-mika?

—Ellos se pueden ir en paz, yo todavía no. Aún me preocupa algo. —se agachó a mi altura ya que yo estaba tirada de rodillas en el suelo.

—¿Qué cosa? —pregunté mientras me ayudaba a levantarme.

—Ya conseguiste un amigo, ahora falta que consigas a alguien a quien ames. —dijo tocando mi mejilla.

—P-pero yo te amo a ti y a nadie más que a ti...

—... Fue lo que dijimos aquel día al partir, me pregunto si esas luces que yo vi fueron más que un sueño para mi...

—Porque cada vez que nos damos un adiós tengo miedo de que ya no pueda verte más, me pregunto si logrará mi voz cruzar por el tiempo y a ti llegar.

Mika sonrió.

—Yo ya no estoy aquí, tienes que conseguir a alguien más. —me abrazó. Correspondí a su abrazo fuertemente. Olí su perfume y ya no me pude contener y comencé a llorar. —Tengo que irme.

—No... Por favor no... Quedate conmigo... —me aferré a su cuello y desperté.

Narra Tn.

Puta, lo último que recuerdo fue la puta escuela tenía a un puto vampiro en el puto laboratorio. La cosa es que escapó, Yu y yo lo fuimos a enfrentar, salvamos a una chica, o bueno, él lo hizo, ambos caímos por la ventana, él cayó en los arbustos y yo caí en el piso, llegó Guren y mató al vampiro, luego llegó Yoichi, nos abrazó con tanta fuerza que nos tiró al piso y al menos yo me desmaye.

Cuando abrí los ojos, sentí algo frío en mi mano derecha. Alcé mi mano y vi una delgada daga plateada con algunos bordados dorados... Era la daga que Mika me había dado hace cuatro años...

Me incorporé y eché un vistazo a mi alrededor. Al parecer estaba en el hospital.

Apreté la daga contra mi pecho evitando llorar. Me puse a pensar en el sueño... Mika.

Toque mis ojos y no estaban mojados ni húmedos. Sólo había llorado en el sueño.

Yo te amo a ti y a nadie más que a ti, fue lo que dijimos aquel día al partir, me pregunto si esas luces que yo vi fueron más que un sueño para mi... Porque cada vez que n-nos damos un adiós tengo miedo de que ya no pueda v-verte más... Me pregunto si logrará mi voz cruzar por el tiempo y... A ti... L-llegar... —dejé de cantar. Mi voz estaba quebrada y si seguía cantando iba a llorar.

¿Puedo besarte? (Mika x Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora