Capitulo 9.

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Narra Tn.

—Es aquí. —Shinoa frenó y volteó a vernos.

Nos acercamos hacia las escaleras del subterráneo y nos quedamos allí mirando hacia abajo.

—Tenemos una buena oportunidad de  lograrlo, ya que llevamos armas de la serie Demonio negro —Dijo Shinoa viéndonos a los seis. —Sin embargo, preferiría derrotarlos sin derramar nuestra sangre. Por lo tanto, no sean impulsi-

—Está bien. —la interrumpió Yuu-chan— Aplastarlos sin recibir un rasguño. Me gusta. —Yuu sonrió y Shinoa le devolvió el gesto.

Me enojé y pateé la pierna de Shinoa.

—¡¿Qué te sucede?!

—Aléjate de mi hermano, enana. —volví a patearla.

—Maldita celosa. —susurró pero alcancé a oírla.

Otra patada— Te oí.

—Bueno, a por ellos. —suspiró Shinoa.

Bajamos las escaleras al subterráneo.

—Según nos contó esa niña, hay ocho vampiros. Así que nos superan enj número. —dijo Shinoa.

—Por uno —dije.

—Es muy probable que estén durmiendo, así que, con un poco de suerte, les pillaremos por sorpresa. —siguió Shinoa ignorándome—. Mantengan la formación, protejanse entre ustedes y no se separen.

Frenamos.

—¿Qué diablos? —preguntó Kimizuki al ver lo que teníamos enfrente.

Sentí que volvía a tener doce años.

En un pasillo enorme, habían en sus costados niños, niños con traje de ganado. Unos estaban sentados otros acostados.

Recordé el último día que pasé en la ciudad de los vampiros, ese mismo día nos hicieron la extracción de sangre.

—Vamos. —comenzó a caminar Mitsu—. Los vampiros se encuentran en el piso S3. Allí es adonde nos dirigimos.

Nos movimos todos y pasamos por ese pasillo con niños.

—No hay vampiros aquí, ¿Por qué no tratan de escapar? —preguntó Kimizuki.

—Porque fuera está plagado de monstruos. —Le explicó Mitsu.

—Aquí reciben la protección de los vampiros. —habló Shinoa.

—A cambio de su sangre, ¿no? —volvió a preguntar Kimizuki.

—Por eso mismo vamos a rescatarlos —habló Kaito.

Seguimos caminando hasta llegar al piso S3.

Nos quedamos quietos examinando el lugar. En el centro había una gran roca y en el techo, bueno, estaba abierto por un gran agujero.

Había una luz que prendía y apagaba sola.

Oímos pasos y se acercó un vampiro, que no nos había visto, caminar con su capucha cubrir su rostro. Se detuvo y nos miró.

—¡Prepárense para luchar! —dijo Mitsu—. ¡Saquen las armas! Antes de que pidan refuerzos...

Mitsu no pudo continuar porque el tonto de mi hermano la interrumpió yendo hacia el vampiro con su espada en mano, y cuando llegó hasta él, lo apuñaló.

—Tú... Miserable ganado... —dijo el vampiro.

—¿Qué se siente ser asesinado por tu propia comida? —le preguntó Yuu—. Hasta nunca.

¿Puedo besarte? (Mika x Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora