Habían transcurrido tres meses, desde la llegada de Thomas al lugar que prometía tapar sus deudas y acogerlo por un período de tiempo.
Se dirigía a la habitación del cuernudo para inyectarle el medicamento correspondiente, era su trabajo como enfermero.“Dos miligramos de risperidona a las cuatro, paciente 8. Llevar al paciente 24 a su revisión diaria y rellenar los formularios con Laurel a las seis”. Pensaba el británico, mientras caminaba por los ténebres pasillos para llegar a su destino.
Al estar frente a la gran y pesada puerta de metal, cerró los ojos por un momento y entró con mucha cautela y silencio a la habitación, parecía que el chico dormía, instancia perfecta para inyectarle lo correspondido.
Al acercarse escuchó la -en ese momento- ronca voz del hombre.—No sabía que la gente como tú era capaz de trabajar en este lugar. —Habló; observando a Thomas fijamente de una forma muy seria.
El británico se quedó atónito, todas las veces que había venido el hombre no articulaba palabra alguna.—¿Thomas, no? —Formó una sonrisa “amigable”. El ojinegro no hizo nada más que asentir y acercar la jeringa al cuello de quién le hablaba.
El cuernudo sintió como le inyectaban ese molesto y doloroso líquido, causándole un enorme ardor, por casi acto reflejo: mordió con fuerza la mano del enfermero, quién no tardó en reaccionar alejándose rápidamente, tratando de cubrir con algo su mano. La sangre no dejaba de escurrir y sentía como la mordedura le punzaba.
Con torpeza logró pararse e irse del lugar cerrando con llave nuevamente. El internado al ver aquello se quedó quieto, ladeo su cabeza y relamió sus labios, saboreando el gusto a metal que había quedado en su boca, gracias a la ofensiva realizada anteriormente. No pensaba en moverse ni en realizar otro movimiento brusco, tampoco podía, las cadenas en sus manos se lo impedían.Thomas, luego de cerrar aquella habitación con doble seguro, se giró. Sentía pavor y mucho. Bajó la mirada logrando ver la herida provocada por el hombre. La sangre escurría y se desbordaba.
¿Cómo era posible que con un simple mordisco le haya arrancado parte de su piel?
Fue hacia su habitación, abrió uno de los cajones que tenía en su repisa y sacó alcohol etílico, algodón y gasa. Fue al baño que había dentro del cuarto y lavó la herida, para luego hacer presión sobre esta con una toalla limpia (lastima que era de color blanco) y así poder detener la hemorragia. Estuvo de esa forma durante unos minutos, luego: empapó el algodón con un poco de alcohol etílico y desinfectó ciertas áreas de la zona afectada.
—¡Mierda, como duele! —Se quejó, no muy alto puesto que le podían escuchar y no quería armar escándalo. Envolvió la herida en gasa y cuando ya habían unas cuatro capas sobre la herida, con una tijera cortó lo que sobraba.
Se vio en el espejo, estaba sudando.
Antes había tenido unos cuantos inconvenientes y líos con internados, ¿pero de este tipo? Nunca. Estaba turbado y en shock. Nunca había visto algo similar, esa mordida no parecía humana. Tuvo una profundidad anormal y una fuerza totalmente atípica e increíble.
Con la mano libre, enjuagó su rostro y lo secó.Una vez más relajado, salió de la habitación decidido. Se dirigió al historial de pacientes, necesitaba averiguar más sobre aquel internado del cual no sabía nada.
Necesitaba saber quién era aquel hombre que perturbaba su sueño y lo inquietaba tanto.[. . .]
—Paciente, paciente, paciente... ¡Lo tengo! —Afirmó en voz baja, retirando un archivo de una de las muchas carpetas que habían en aquel despacho. Se notaba que había alguien que la revisaba con frecuencia, en vista de que las hojas lucían manoseadas.
Abrió el archivo.“Tord Larsson”
Paciente agresivo.
No provocar y dar tratar a una distancia prolongada.—Datos... —Susurró en un tono de voz casi inaudible.
Datos:
Origen: noruego.
Edad: 22 años.
Familiares: no registrados.
Trastorno: ૮αɳเɓαℓเรɱσ
—Mierda. —Cerró el archivo rápidamente, lo dejó en su lugar y caminó con prisa hacia la cocina.
. . .🌹. . .
Ok, lo más probable es que edite esta parte.
¿..Va bien..?
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𝐌𝐚𝐧𝐢𝐜𝐨𝐦𝐢𝐨 [𝐓𝐨𝐫𝐝𝐓𝐨𝐦]
FanfictionFAVOR LEER LA ACLARACIÓN. ❝Derribar los muros de la estabilidad es fácil, lo difícil es penetrar en las capas de la locura❞. Tom es un infausto enfermero ahogado en titánicas deudas, lo que lo lleva desesperado a buscar trabajo: siendo contratado c...