Anne y Mike se conocieron en una primavera demasiado fría.
Algo anunciaba que Anne se caería. Podían ser los cordones desatados de las viejas botas o que los papeles y las carpetas que ocupaban sus manos también le tapaban la vista.
Mientras yo narro una historia demasiado antigua como para ponerle fecha ella camina intentando no tropezar.
Al otro lado de la localización que yo sé y tú no, se encontraba un joven de apariencia oscura. Con la cabeza gacha, el pelo negro y los ojos azules nadie diría que era como era.
Mike caminaba despreocupado aunque en realidad intentaba aguantar las lágrimas y los ojos se le habían oscurecido por el dolor.
La música de sus oídos era demasiado fuerte, Anne se percató al pasar a tres metros y medio de distancia de él.
En su momento sólo se miraron, un simple y breve contacto visual que todo el mundo a tenido alguna vez.
Y entonces Anne perdió el equilibrio, ella se empeña en que han sido los cordones en cambio , yo, que lo de todo, os aseguro que los cordones no tuvieron nada que ver.
Mike, cual mirada y corazón también habían sido tocados por unos ojos claros, se giró. Encontrándose con Anne Katherine Wells en el suelo.
Como caballero se acercó y la ayudó a incorporarse, para después empezar a levantar todos los papeles que la joven Anne transportada.
Anne y Mike no hablaron ese día.
Ella no fue lo suficientemente rápida para agradecerle antes de que él se marchara.
Él fue lo suficientemente cobarde como para correr antes de preguntarle el nombre.
Anne soñó esa noche con ojos azules y Asleep como melodía.
Mike no soñó, porque ya le torturaban de día sus ojos claros.