VII

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Y empezaron a llegar las noches en vela.

Mirando el techo oscuro de una habitación con falta de estrellas.

Y el frío.

Y la lluvia volvió a empapar a dos jóvenes que empezaban a tomarse de las manos.

Y el café , en su habitual taza de porcelana de gran delicadeza , junto al té que aún parecía el de un año atrás.

Y las citas empezaron a disminuir.

Y Mike por fin la besó.

Un beso casto y delicado que destacó por su sencillez.

Sus ojos brillaron de tal manera que Anne creyó que las luciérnagas habitaban entre sus ojos y su sonrisa.

Luego el tiempo arruino lo que suele arruinar e hizo correr a los jóvenes.

Después  de un beso bajo la lluvia Anne susurró lo que jamás se debe susurrar.

Rompiendo el corazón de un enamorado en mil pedazos.

Anne & MikeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora