«X»

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—¡¡Edd!!— Nombraba la mujer muy contenta de ver a uno de sus amigos cuando la ayudo en su desesperación de estadía. Este giro su cuerpo y rostro para reflejar en este asombro y alegría.

—____, tanto tiempo.— Decía mientras recibió aquella chica en sus brazos. Casi asfixiándola por el apretón de cariño.  El solo río cuando noto su falta de aire y la soltaba.— Lo siento.

—No hay porque pedirlo. De verdad me alegró mucho de verte.— Ella aun lo abrazaba mientras hundía su rostro en el pecho del de cabellos marrón.

Un noruego quien venia atrás solo bufaba del encuentro de aquellos dos. Mientras que el de cuencas lo miraba extrañado.

—Y ahora que te pica. ¿Commie?— Preguntaba extrañado por las reacciones del de cuernos. Pensaba que también se alegraría al ver a su amigo de ojos jade.

—Eso no es tu problema. Testigo de Jehová.— Escupió aquellas palabras con irritación, haciendo que las dudas del británico crecieran mas.

—¿Como fuiste invitada a la boda?— Ahora el que hablaba era el artista. Mientras notaba al fin a la chica frente suyo. La cual apenas se iba separando de el.

—Tord es mi jefe. Nos invito a mi y a mi esposo.— Sonrió con alegría mientras giraba brevemente su rostro. El británico también le ofreció una sonrisa.

—____, debes terminar los cakes.— Ella se sobresalto y salio corriendo a la cocina nuevamente. Se había entusiasmado por la aparición de aquellos británicos que tanto adoraba.

—Nunca cambiara. ¿Eh?— Intentaba hacer reír a los otros dos. Pero solo el de cabellos de puntas río, en cambio el noruego solo bufo y se cruzo de brazos. Quería tenerla para el solo, eso era tanto pedir.

La mujer llegó otra vez a aquella habitación con cocinas, neveras utensilios para la cocina, y Todo lo que un Gourmet pudiera necesitar. Ella solo sonrió por acordarse de volver a encontrar con aquellos. Pero su recuerdo se borro al recordarse que debía trabajar y no tenía mucho tiempo para terminar aquellos manjares.

Se apresuro para terminar lo que había empezado hace horas. Y para su sorpresa algunos cocineros la ayudaban.

[♥]

Suspiro agotada. Había acabado todo aquellos aperitivos, para esa fiesta de lujo que se iba a organizar en unas horas. Con algo de calma miro su reloj de muñequera.

Se sorprendió al ver que su reloj marcaban las: 6:36 de la tarde. Bueno, se la había pasado muchas horas metida en esa cocina.

Así que decidió salir de aquella cocina, pasando por el cuarto de utensilios de aquel hotel.

—Tom, A-aquí n-no.— Ella paro su caminar bruscamente y miro aquella habitación. Estaba segura que había escuchado a su amigo de ojos verdes, pero, agradecía que solo quedara ella en aquella cocina. Ya que nadie la iba a ocupar por un buen rato. De la nada escucho un quejido.— N-nos pueden d-descubrir.

—Por favor Edd, un poco de adrenalina no nos cae mal.— Ella solo posiciono su oído a través de aquella puerta, no debía pero ¿Como se iba ha ir para perderse aquel espectáculo?

—¿Que haces, ___?—Ella se sobresalto de sobremanera al sentir las cálidas manos del dueño de aquel acento. Estas estaban posadas sutilmente por su cintura, sentía su respiración suave y tranquila en su cuello, dando a sentir un pequeño cosquilleo. Su esencia masculina llego a la fosas nasales de la chica, de verdad que era todo un hombre y cada escuchar de sus palabras con aquel acento. Aveces no se resistía a el pero debía ser fuerte o descubrirían a sus amigos. . . O ha ellos dos.

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2018 ⏰

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