V Capítulo "Primer Encuentro"

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Enseguida moví el cuadro del tornillo que lo colgaba en la pared blanca de mi habitación y lo coloqué en la cama, al mirar a el área donde estaba el cuadro, noté un agujero de color dorado, enseguida sentí muchas emociones, entre ellas, temor, curiosidad, alegría,  en fin.

Adentro del agujero se encontraba una llave idéntica a la que estaba pintada detalladamente en el cuadro que, ya no era un misterio, enseguida la tomé y la miré, se veía muy refinada, elegante pero a la vez antigua y eso me llamó mucho la atención.

Entonces tomé el cuadro y miré la parte de atrás a ver si decía algo sobre que hacer con la misteriosa llave, al mirar vi una cerradura, sí cerradura y sin pensarlo dos veces metí la llave adentro y la giré, para mi sorpresa no ocurrió nada y sentí decepción, sin darme cuenta miré el cuadro con decepción pero al hacerlo vi que tenía algo grabado, al acercarme leí lo escrito y decía.

-Si conocerme intentás

tres vueltas deberás dar.

En seguida pensé ¿tres vueltas debo dar? y ¿qué gano con dar tres vueltas? pero al ver lo tonta que fui dije claro no era yo, si no la llave, tomé denuevo el cuadro, el cuál había soltado por pensar en lo escrito, y le di dos vueltas más a la llave incrustada en la cerradura.

Pasaron 7 segundos exactos cuando de una de las paredes de mi habitación se comenzó a abrir una puerta, ésta puerta estaba camuflada con los colores de las otras paredes para no notar que era una puerta,  y lo lograron, en ese momento no pensé en dolor, separación de mis padres, cambios, NADA, simplemente quería entrar a ese lugar, a esa puerta que se había abierto para darme un poco de diversión en estos tiempos de angustia.

Pensé en correr hacia ese lugar, pero estaba demasiado iluminado, yo siempre fuí un poco sensible a la iluminación exagerada, y en ese momento dije, quisiera entrar pero esa luz no me dejará estar en paz ni un segundo y derrepente sonó una voz, ya conocía esa voz, era la que decía cosas hace un rato y dijo.

-Entra, yo haré que ya no te moleste nada, para eso estoy aquí.

Ya estaba se podría decir "acostumbrada" a esa voz, decidí confiar y entrar, al inicio pasé por unas escaleras, todo era blanco o la luz no me dejaba ver ningún color, luego de las escaleras mis pies tocaron una superficie blanda, intenté esforzar mi vista para ver que era y lo vi, era como una manta muy gruesa colocada encima de una rama, espera ¡Una rama! ¿cómo es posible?  No se supone que aún estoy en la casa, nada respondió mi pregunta, solo sentí cuando la rama de detuvo y la voz dijo.

-Baja, ya estás a salvo conmigo.

Derrepente noté como mi vista se iva aclarando y logré ver todo, era como estar en un bosque en otoño,  habían árboles por todos lados, pero eran gigantes y daban una gran sombra, todos medían alrededor de 50 y 100 metros, las hojas eran de un color rojo degrado hasta convertirse en naranja, se veia como las hojas caían al suelo, convirtiendolo en un colchón muy cómodo de hojas de otoño,  al lado de mi se encontraba una laguna, su agua era cristalina y dentro de ella habían plantas y algas de muchos colores, noté una especie de Cisne pero no era un cisne pues era demasiado grande para serlo,  yo me podría montar en el y pasear por la laguna, al ver todo esto yo estaba perpleja, jamás había visto un lugar tan hermoso, ni en películas,  ni en cuentos de hadas, habían árboles donde las hojas eran suplantadas por piedras preciosas, y en la parte de arriba había un letrero grande que decía "Bienvenido"

Este lugar cada vez me daba más y más sorpresas pues al mirar hacia el otro lado vi pequeñas maripositas o eso creía yo que eran, pero todo era más grande, es decir los animales, los árboles, era extraño y como era tan hermoso, definitivamente no parecía real, mirando y caminando más allá encontré el final de un arcoiris y no, no hay ningún cofre con monedas de oro pero si un hermoso final para algo que nos deleita con su presencia luego de la tormenta.

Un lugar para sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora