Capítulo VII "Extraña Conversación"

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Al Subir a casa mamá me preguntó que donde había estado y le respondí con sinceridad le dije en "mi lugar para sonreir" ella soltó una risa inclinó la cabeza y ninguna otra palabra salió de su boca, ella pensó que estaba leyendo libros como siempre hacía pero no, ya encontré algo muchísimo más interesante, el ambiente era hermoso, paz, unidad, felicidad, se sentía en el aire, se podía palpar, lo podía sentir.

Todas las tardes iba a visitar a mi amigo en aquel lugar, yo lo cuidaba mucho, pues ese lugar fue mi luz, fue respirar luego de tanto ahogarme... nada como esa sensación, no sabía como podría vivir sin tener mi lugar para sonreir y sin el único amigo que tengo...

Mientras iba mi amigo me daba consejos sobre socializar y tratar de tener amigos, aplicarme en los estudios y todo eso, decía cosas como "Los amigos son parte de la vida" o "te servirían de alivio en los peores momentos" en el fondo yo sentía que él tenía razón, así que lo intenté, no fue fácil lo admito, pero logré tener una amistades con los que pasaba momentos muy hermosos, mi mamá casi se desborda de la alegría cuando me fueron a visitar por primera vez... ella dejó de sentir esa culpa que la mataba por dentro, eso que le ponía el corazón chiquito, ella creía que me había destruido la vida, aunque no lo dijera...

A pesar de que ya tenía amigos nunca dejé de visitar mi lugar para sonreír, claro tenía menos tiempo, pero jamás dejé de ir, ese era mi escondite, ese pedacito de cielo que el mundo anhela yo lo tenía y era como vivir en un sueño constante.

Todo iba muy bien, mi vida era maravillosa, estaba conociendo a un chico muy lindo al cual yo le atraía (eso era nuevo para mi) yo siempre pensé que las historias de amor solo ocurrían en los libros, pero no... los besos que te hacen sentir libre, los abrazos por la cintura, las palabras lindas que enrojecen mejillas, todo eso era cierto y yo no lo sabía.

Dije "Iba" porque en la vida nada es para siempre... Hubo una tarde que fui como de costumbre a mi lugar para sonreír y estube hablando con mi amigo, el me dijo:

-Y como va tu vida?

-Muy bien, mi corazón empieza a florecer y ya no siento tanto temor, le respondí con alegría.

-Me alegro mucho por ti, pero hay algo que debo decirte.

- Dime

-Recuerda que todo tiene un propósito y nada es para siempre, nada trajiste y con nada te quedarás en ésta vida y la venidera.

- Eso yo lo sé, pero ¿porqué lo dices?

-Sabes que éste lugar de ensueño es natural, el hombre desea destruir todo lo natural, para "construir" yo le llamaría destruir.

-¡¿Qué quieres decir con eso?! le dije en un tono molesta.

-No te aferres a nada, vive felíz, confía en mi, no necesitas de nada para ser felíz, eso quiero decir, ¿recuerdas la conversación que tuvimos hace poco? en la que te dije que tu lugar para sonreir deberías ser tú misma, tus pensamientos, tu mente, tus recuerdos, ¿como vas con eso?

- Muy bien, antes solo estaba felíz en éste maravilloso lugar, ahora simplemente conversando con mi mamá estoy felíz, algo que para mi era imposible.

-Estás preparada...

-¿Para qué?

-Ser felíz linda... ser verdaderamente felíz, me dijo con un tono muy suave y tranquilo.

- Ya lo soy, tengo todo lo que deseaba.

-Casi... deseabas ser la dueña de tus emociones.

- Lo soy...

- No aún no, pero pronto lo harás.

-

Un lugar para sonreírDonde viven las historias. Descúbrelo ahora