Capítulo 8

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Llegue a casa algo preocupado por la urgencia con la que me pidieron mis padres que fuese, pero no había ocurrido nada grave, solo el típico enfado por ver que pasaba mucho tiempo fuera de casa en tiempo de exámenes. Explique a mis padres que de los tres exámenes que me quedaban solo prepararía uno y dejaría los otros dos para septiembre. No les hizo mucha gracia pero el convencimiento que vieron de que al menos aprobaría cuatro asignaturas hizo que su enfado no fuese a mas.

Esta idea de preparar solo una de las asignaturas me libero de los agobios de los exámenes, no tendría que examinarme hasta dentro de 2 semanas por lo que estaría mas relajado. Antes de acostarme Mónica me llamo para interesarse por lo que había pasado para tener que irme tan repentinamente, la explique que no pasaba nada y me pregunto si quería quedar al día siguiente. Ambos teníamos que ir por la mañana a la facultad a hacer unas consultas, así que la dije que cuando acabase la llamaría al móvil. Seguro que ya había aprendido que no debía dirigirse a mi en la universidad por lo que hasta que no la llamase se quedaría esperando. Nada mas colgar a Mónica me acosté y dormí hasta el día siguiente.

Me levante temprano para ir a la tutoría, llegue a la facultad con bastante antelación y me encontré con varios de mis amigos que estaban desayunando en la cafetería, siempre se reunían para estudiar, a diferencia de ellos yo nunca estudiaba en la biblioteca. Me puse con ellos a desayunar, aun estaba algo dormido y no prestaba atención a la conversación hasta que una de mis amigas me dijo:

¿Cómo se llama la chica esa que iba contigo al instituto?

Si, esa que es muy lista y muy rara, que va siempre con unas pintas de friki – Dijo otra de mis amigas al ver que no caía en quien era exactamente

Mónica ¿Qué pasa con ella? – Pregunte pues no era común hablar de ella

Pues que a lo mejor va a ver que dejar de vacilarla y decirla que venga con nosotros porque madre mía como ha cambiado… - Comento otro compañero

¿Cómo que ha cambiado? – Pregunte

Que la hemos visto esta mañana y no parecía ella, estaba tremenda, quien iba a decir que estaba tan buena… - Dijo respondiéndome

Se me paso el sueño de repente, por lo que me estaban contando mi sugestión había funcionado, ardía en deseos por verla con su nuevo look. Aun así sabía que todavía podía mejorar, pues en una noche no creo que hubiese aprendido a maquillarse y por supuesto que no habría tenido tiempo de ir de compras. Seguí desayunando en silencio pero con la atención bien puesta en la conversación de mis amigos. Notaba que los comentarios de sorpresa y admiración hacia su belleza provocaban cierta envidia en mis amigas, que solo hacían comentarios del tipo "Pues tampoco es para tanto", "Aun así sigue siendo muy rara", "Ahora además de empollona va de pija"…

Me hizo gracia la situación, antes eran mis amigos los que se metían con ella y mis amigas las que se apiadaban de la pobre Mónica, ahora eran ellas las que trataban de rebajarla y ellos los que la adulaban. Me resulto curioso también las veces que salía la palabra pija en ellas y elegante en ellos. Eran los mismos adjetivos con los que cualquiera describiría la ropa de la tienda que ahora usaba Mónica. Uno de mis amigos me pidió que se la presentase, me reí fingiendo que no creía lo que me estaban contando, a lo que recibí una enorme cantidad de piropos hacia ella con los que trataban de convencerme de cómo era ahora. De vez en cuando entre las palabras de halago se escapaba a alguno de mis amigos alguna frase subida de tono acerca de lo que haría con ella, no se porque, pero me sentaban mal.

Cuando la conversación se desvió hacia otro tema me fui a la tutoría, a la que ya llegaba tarde por haber estado escuchando lo que se decía de Mónica. No tarde mucho pues tan solo tenía que recoger unos ejercicios así que volví a la cafetería con mis amigos. Estuvimos jugando a las cartas un buen rato, esa era la razón por la que solía aprobar mas que ellos, se pasaban la vida jugando y si bien decían que iban a la biblioteca a lo que iban era a la cafetería. Estábamos en medio del juego cuando mi compañero me dijo que girase la cabeza, no sabia que quería decirme así que me aclaro que mirase hacia la cola de la barra. De repente oí a uno de mis amigos

MónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora