Capítulo 12

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Tras todo lo que había sucedido la noche anterior me desperté casi a la hora de comer. Tenia muchas horas de sueño pendientes y el saber que todo estaba nuevamente bajo control me permitió dormir tranquilo. No tenia ninguna prisa por levantarme ya que sabia que lo primero que iba a escuchar era un nuevo sermón acerca de la responsabilidad por parte de mis padres y después de eso tenia por delante varios días de intenso estudio, así que, a pesar de no tener mas ganas de dormir, me quede en la cama esperando a que la comida estuviese en la mesa.

Mi madre no tardo en venir a avisarme. Cuando la oí entrar me hice el dormido para que al menos no me viese tumbado sin hacer nada pero sus primeras palabras ya fueron con la voz en grito recriminándome la hora de mi llegada. Lentamente y simulando que me desperezaba me levante de la cama mientras oía toda su bronca, no había excusa posible. Por un momento pensé en decir que había estado estudiando en una biblioteca nocturna pero en el fondo sabia que no se lo iban a creer así que preferí limitarme a agachar la cabeza y asentir a todo lo que me decía. Cuando llegue a la mesa mi padre esperaba sentado, continuo con la bronca que había iniciado al verme llegar por la mañana y no paro durante toda la comida. Comí todo lo rápido que pude para poder salir de aquella situación pero no pude. Cada gesto que hacia era un motivo para gritar mas fuerte o sacar conclusiones absurdas; que si quería irme rápido porque no quería estar con ellos, que si bebía agua porque tenia resaca y así sucesivamente. Poco a poco me echaron en cara todo lo que hacia mal, aunque no tuviese que ver con lo del día anterior. Como tantas otras veces me dijeron que tenía que ayudar en casa, buscar un trabajo en verano para ganar mi propio dinero, dejar de salir tanto... Hasta que mi padre no tuvo que irse de nuevo a trabajar estuve soportando todos sus gritos estoicamente, y aguantando el enorme dolor cabeza que me producían sin poder tomarme una aspirina por miedo a que pensasen que me dolía la cabeza por haber bebido alcohol.

Cuando por fin pude irme a mi habitación me senté en el escritorio sin ganas de hacer nada. Si ya de por si me costaba mucho ponerme a estudiar el hacerlo con jaqueca hacia que me costase mucho mas, pero no tenia otro remedio. Encendí el ordenador, mientras lo hacia pensaba en la que me esperaba cuando les dijese a mis padres que mi coche se lo había llevado la grúa y aun no había ido a rescatarlo porque no tenia dinero. Iba a ser la gota que colmase el vaso después de la bronca que acababa de tener. Cuando por fin se encendió el ordenador me deleite durante un rato viendo las fotos de Mónica. En las primeras fotos no parecía más que un maniquí, ya que estaba fría e inexpresiva, sin embargo en las fotos que tome tras lograr que fuese consciente de lo que la estaba sucediendo, había un contraste radical entre su cuerpo modelando como una profesional para mi cámara, y su cara de enfado y temor. Era un contraste extraño, pero muy sensual. Según iba mirando las fotos recordaba punto por punto la noche pasada. A cada foto que pasaba Mónica aparecía con menos ropa, hasta finalmente estar posando completamente desnuda, en todas y cada una de las poses que la pedí que pusiese para mi. Al principio las fotos eran eróticas y muy sensuales, pero las últimas que saque antes de que mi móvil se quedase sin batería eran totalmente porno. Lo cierto es que a mi me gustaban mucho mas las primeras, y la única razón por la que la hice posar de manera demasiado picante era para verla humillada, para darla una lección. Fue una lastima que no pudiese sacar mas fotos, ya que el tener alguna en la que apareciese su cara deseosa de hacerme una felación no hubiese estado nada mal.

De repente recordé una sugestión que la había dado durante la sesión y que con todo lo sucedido después yo mismo había olvidado: la de darme 400 € hoy mismo para retirar el coche del deposito. Sin embargo justo al final de la noche la había dicho que no tendría ninguna necesidad de verme hasta que hiciese su último examen por lo que no sabia si me los daría hasta entonces.

Entre lo caliente que me había puesto viendo las fotos y las ganas que tenia por comprobar si iba a darme los 400 €, me entraron unos deseos enormes de estar con ella, mas que los que nunca había tenido hasta ahora, pero mucho me temía que tendría que esperar varios días para verla de nuevo.

MónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora