|| SISTEMA: ERROR || (Connor x tú)

>Capítulo 2: Nueva vida<

Hola bienvenidas a la experiencia Sistema: Love.

¿No has pensado en leer otra cosa? ¿Verdad? Nos alegra, ya que las cosas se están poniendo muy interesantes.

¿Desea continuar?

Muy bien...

SISTEMA LOVE CARGANDO...

(_____)

— ¿Qué es esto? — hable medió alterada al ver la pulsera en mi muñeca que a pesar de que estirara no podía quitármelo.

— Sigues siendo una criminal para mi y para la cuidad así que mi deber es prevenir posibles daños señorita Manfred — bufo ante eso.

— ¡Quítame esto no puedes hacerlo androide! — lo amenace mientras esté ponía las cosas en su lugar.

— Ese dispositivo está ligado a mi sistema podré rastrearte en cualquier lugar y si sales del límite de kilómetros permitido — una alarma sale de mi pulsera sonando a más no poder causándome un dolor de oídos.

Trate de quitármelo de taparlo con mis ropas pero el sonido era demasiado fuerte llamando la atención del guardia.

— ¡Ya entendí apágalo! — el ruido cesa de golpe.

— No podrás quitártelo hasta que mi sistema se apague es un comando sencillo pero sirve mucho.

Comienzo a odiar a este androide.

— ¿Quieres esto no es así? — me enseña una pequeña memoria causándome extrañes.

— ¿Qué es eso? — aún seguía tratando de quitarme la pulsera.

— Es toda tu información tanto criminal como laboral si no cumples tu parte del trato publicaré todo esto en la base central del país — entrecerré los ojos enojada.

— ¿Entonces? ¿Qué quieres hacer ahora? — aún sigo molesta por la pulsera y la memoria pero tenía que salir de este problema.

— Ahora entraré al sistema cambiaré algunas cosas y trabajarás junto a mi — este salió de la celda en donde me hizo una seña para salir.

— ¿Qué pasará con mi familia? — hable mientras caminaba a la par de él.

Sentía que todo lo que ocurrirá después sería una muy mala idea. No tenía ni 5 minutos de conocerlo y la idea de pasar tiempo con él me era imposible de soportar.

— Eso es nuestra siguiente misión señorita Manfred — lo mire extrañada y enojada.

— ¿De que diablos estás hablando?

— Iremos por tus cosas.

***

Un pequeño viaje de una hora fue suficiente para sacarme de quicio los dos encerrados en un carro mientras éste manejaba.

— Debo ir contigo — mencionó por milésima vez comenzando a hartarme —. Es mi deber.

— Tu deber ahora es vigilarme además si tengo esta pulsera no me iré a ninguna parte así que espera en el auto mientras hablo con mi padre — este lo proceso unos segundos.

— No.

¿Está cosa no tiene un botón de apagado?

— Vas a esperar aquí te guste o no — comencé a reconocer las calles —. Es en esta casa blanca Connor.