El esclavo de la mafia (Parte 1)(gay)

Una buena noticia.

Adam estaba mirando desde su balcón, de donde se veia el jardín secreto. A Adam le llamó la atención una figura que estaba ahí echada, no lograba ver su rostro pero vio que tiritaba. Se sintió preocupado y fue para ver de quien se trataba.

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El niño está en el cesped cubierto de tierra y con manchas de cesped en la ropa. El niño yase ahí, inconsciente, emvuelto en el frío. Sus extremidades se vuelven moradas por el frío, ya no se mueve.

Logra entreabrir sus ojos y ve una figura extraña que parece metal. Siente como alguien lo toma em brazos y lo lleva a solo Díos sabe donde y todo se vuelve oscuro...

-Ángel -escucha el esclavo como un eco.

Ángel entreabre sus ojos y ve al patrón de la mafia.

Adam toca a Angel y está hirviendo.

-Madre -susurra Ángel apenas.

Adam toma a Ángel en brazos y lo lleva a su habitación.

Ángel visibiliza al objeto de metal haciéndose más pequeño y perdiéndose en la oscuridad de la noche.

Adam le quita la ropa a Ángel, menos la ropa interior. Lo mete en la bañera que está con agua tibia. Ángel tiene los ojos cerrados, aún tirita pero ños escalofríos se detienen cuando el agua calienta su cuerpo.

Adam deja a Ángel en el agua por un una hora hasta que el agua se enfría, así el cambio de temperatura sería gradual.

A la mañana siguiente Ángel despierta y con mucha sed. Se da cuenta que está en la habitación de Adam, ve el baño y corre hacia él para abrir la llave del lavamanos y beber una buena cantidad de agua.

Ángel sale del baño y ve a Adam en su cama aún durmiendo.

Ángel va saliendo de la habitación.

-¿Cómo te sientes? -pregunta Adam.

-Pues estoy bien, supongo -responde Ángel.

-Anoche te encontré en el jardín tiritando. Te dio fiebre.

-Gracias por ayudarme -dice Ángel en tono apagado.

Adam se levanta de su cama y detiene a Ángel de salir de la habitación.

-¿Por qué siempre huyes de mí? -pregunta Adam.

-Porque no quiero estar aquí. No quiero verte ni a ti ni a nadie de este lugar. Me tienes aquí a la fuerza y esperas que con un par de regalos me entregue. Tu no sabes como tratar a alguien, Adam -dice Ángel.

-¿No quieres verme? -pregunta Adam.

-No, no quiero -dice Ángel con tono duro.

-Está bien. Vete -dice Adam-. Esperaba que conmigo te sintieras más cómodo.

-Te equivocaste -dice Ángel y se va.

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*Chicago*.

-Los hombres se niegan a pagar y el plazo venció hace dos días -dijo Gabe, el asistente de Eliaz.

-Toca la puerta de su casa y si sigue así ya sabes que hacer -dice Eliaz.

Eliaz se sentía nostálgico.

-¿Está bien, jefe? -pregunta Gabe.

-No, la verdad es que no.

Eliaz suelta un suspiro.

-Ya se cumplieron 15 años desde que mi hijo murió -dice Eliaz mirando la foto del niño en el escritorio de su oficina.