Capítulo 4.

238 11 0
                                    

-Narra Zayn-

Las dos semanas de descanso se fueron muy rápido, me la pase buscado información sobre ______, tengo un hijo que es igual a mí. Ya compré el pasaje a París, sale hoy en la tarde, ya hice mis maletas, sólo me falta sacar mi dinero e ir a renunciar a la empresa de mi padre ya que si es necesario viviré en Francia con tal de recuperarla.

Cogí las llaves del auto y salí del departamento. Baje al estacionamiento y en 15 minutos ya estaba entrando al ascensor para hablar con mi padre. Subí hasta el noveno piso.

-Ashley, dile a mi papa que necesito hablar con el. — si, esa tirada era la secretaria.

-Pero que humor cariño. —bufe molesto— ¿Qué te parece si hoy nos vamos a tomar algo para que se te quite el mal humor? —dijo coqueta.

-¿No te cansas de ser tan puta cierto?, ahora avísale rápido que no tengo mucho tiempo. —me miro molesta y tomo el teléfono, al minuto después me dijo que podía pasar.

Entré lo más rápido que pude.

-Hola hijo ¿estás listo para entrar a trabajar mañana? —dijo sonriente.

-No, y de eso te quería hablar.

-¿Necesitas más vacaciones? —pregunto curioso.

-Vengo a renunciar. —le tire la carta encima del escritorio.

- ¿Qué? estas bromeando ¿Cierto? —pregunto divertido.

-No me voy a Francia.

-Por fin después de 12 años vas a tener vacaciones.

-No son vacaciones 

-¿Entonces?

-Voy a buscar a ___ y a mi hijo

-Ya sales con eso de nuevo.  —dijo fastidiado— ¿cuándo vas a entender que ya no la encontraste?.

-Esta vez es diferente, ella esta ahí, lo sé.

-No salgas con bobadas, ahora vete a tu casa y descansa lo que te queda del día por que mañana tienes mucho trabajo. —se concentró en la computadora.

-Nos vemos cuando vuelva de Francia. —me miro extrañado. 

Antes de que me dijera algo, salí de la oficina rumbo al banco, tenía bastante ahorrado como para poder comprar un departamento y poder vivir.

-Narras tu-

-Eso ahí por favor. —señalé un rincón— Un poco más al lado. —me giré— ¡Eso no va ahí! va en la otra esquina.

-No te alteres mamá todo va a salir bien. —me senté junto a él.

-Eso espero. —acaricie su cabello negro

-¿Podemos ir a almorzar?, desde las 2 de la tarde que estoy aquí y ya son las 5, tengo hambre y estoy aburrido.

-Que preferías, quedarte conmigo o r a la oficina de Cristofer.

-Mil veces contigo. —reí, no le caía nada de bien mi prometido— Pero tengo hambre. —hizo pucheros.

-Está bien vamos. —le di unas órdenes a mi secretaria para que todo estuviera bien para mañana ya que no podría ir hasta mañana.

Llegamos al McDonald’s y pedimos nuestras ordenes, nos sentamos en una mesa. Reí por dentro, Jason de verdad estaba hambriento, como le gustaba venir a este lugar igual que a su......padre.

-¿Mamá? —lo mire— ¿recuerdas que me debes un favor? —se me había olvidado por completo, asentí— Quiero que me cuentes sobre papá.

-¿De tu papá? —dije sorprendida— ¿Y qué quieres saber?

Te recuperaré a ti y a mi hijo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora