Capitulo 3

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El invierno se acercaba, los cambios de estaciones no eran algo tan simple como lo era con anterioridad; ahora cada estación se presentaba cuando literalmente le diera la gana, pero no representaba ningún problema para las personas en general. 

El 70% de la población mundial por voluntad propia había decidido ser parte del cambio y dejar que la modificación genética formara parte de sus vidas. Y si antes, el transhumanismo era considerado una leyenda urbana, e incluso una rama de la ciencia que tomaría demasiado tiempo en dar pruebas confiables para su implementación, ahora, solo era un tema cotidiano accesible a básicamente todo el mundo, menos a la población vulnerable y de escasos recursos. 

Porque, la verdad era que si bien en un principio, vendieron la farsa que mostraba la mutación como algo desinteresado en temas de economía, una vez desarrollado con éxito, dejó de ser gratuito. 

Se encargaron de mantener a raya el virus, pero solo lo necesario para que el nivel de popularidad se extendiera hasta cualquier rincón y así cada persona, adulta, joven o niño con urgencia reuniera la cantidad monetaria necesaria para ser simplemente uno más, no importaba que fuese biológicamente sano. 

La moral tiene criterios estéticos, siempre ha sido así desde el inicio de los tiempos y eso nunca iba a cambiar. 

A Valkyria le exasperaba lo estúpida que podía ser la mente humana cuando formaba parte de un ente colectivo que lejos de buscar un bien común, simplemente imponía una moda. 

De todas formas no era un tema sencillo, el invierno era cada vez más helado, el verano cada vez más intenso y el otoño y la primavera cada vez más cortos y escasos en sus periodos de proliferación. Si no tenías una mutación, rara vez podrías llegar al final de una de estas temporadas. 

Aunque la supervivencia es del más apto y no del más fuerte. Por ello los humanos normales, para ella, eran verdaderas fuentes de poder y resistencia. Solo que éste tipo de opinión no era algo que se pudiese mencionar en voz alta. 

Dejó de divagar sobre los cambios que se habían promulgado a lo largo de la historia... de su historia y nuevamente se centró en su realidad presente. 

El reencuentro con su viejo amigo había sido emotivo, es verdad. Pero luego de separarse, el muro que ella se había esforzado en levantar a lo largo de los años, se había instalado de nuevo sin poder evitarlo y con éste, se fugó la posibilidad de establecer mayor comunicación con su nuevo invitado. 

Viggo entró a su casa y ella con todo el respeto del mundo le ofreció su hogar para que dispusiera de éste a su antojo, le guió a su habitación, le explicó las normas de la casa pero cuando intentaba expresar su necesidad de querer saber sobre la vida de su viejo amigo, era como si estar frente a él, le quebrara el habla. 

Varias noches a partir de ese día intentó convencerse de que necesitaba hablar con él, pedirle una explicación e inclusive hablarle de lo que sabía, aunque fuese peligroso. Pero al llegar el día y encontrarlo en la cocina, en la sala o cualquier otro lugar y con tan solo una mirada de éste, le fallaba el habla, ni siquiera podía tartamudear. Y finalmente cansada de tanta insolencia por parte del chico, había decidido ignorarlo. 

Se moría de curiosidad por saber qué había  sido de él, saber qué recordaba y si realmente la recordaba. Necesitaba saber cómo se había adaptado, cómo había logrado sobrevivir. 

Pero debido a la renuencia de éste a siquiera establecer una conversación visual, Valkyria decidió refugiarse en la ciudad y sus clases. Intentaba pensar lo menos posible en Viggo pero era increíblemente difícil. 

Las cosas no mejoraron cuando el semestre culminó y el invierno los engulló; tuvo que refugiarse en su casa sin posibilidad de salir a ningún lado, excepto cuando los instintos de Abril le obligaban a adentrarse en las profundidades del bosque a cazar. 

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