Steve Rogers un confundido hombre que cometió un acto atroz y sangriento, le narrará a la policía -luego de ser capturado- todos los crímenes que a cometido.
Contando el más horrible: el de su familia.
A D A P T A C I Ó N:
AUTORA ORIGINAL: zannieto...
Suelto una risotada por lo que Fury me mira con extrañeza, ya que hace unos segundos le refunfuñaba y me quejaba, pero lo que me causa gracia es que hará todo esto en vano ¿Verdad?
Me adentraron a una patrulla, ambos nos sentamos en los asientos traseros, ya que adelante hay unos policías. Fury me dijo que me llevarán a mi viejo hogar para refrescar mi memoria porque pase lo que pase, debo soltarlo todo.
—¡No quiero ir! —exclamo furioso.
Nick gira los ojos notablemente fastidiado, luego se pasa la mano por su rostro y resopla con cansancio—Haré lo que sea para que hables, Steve.
Rio de nuevo y niego con la cabeza—No hablaré—el policía que se encontraba en el asiento del copiloto se giró a verme por unos segundos. Me miraba como si estuviese viendo a un alienígena—¿Qué?¿Nunca ha visto a un criminal? —el policía me lanzo una mirada dura y se giró regresando la vista al frente.
—Steve, no creo que eso convenga para lo que decidan en el juzgado contigo—me susurro Fury.
—¿Ah no? —ladeo una sonrisa—no me importa. Ya no pierdo nada—subo y bajo los hombros despreocupadamente. Quedamos un rato en silencio –el cual agradecía- hasta que Fury volvió de bocón.
—Han hablado con Tony—y fue como si me dieran cuerda. Di un respingo en mi lugar y aparto la mirada de mi asiento para dirigirla a él.
—¿Qué sabe de él? —pregunto lanzándole una mirada suplicante, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Mi luz de esperanza tintineaba un poco. Tony...puede...puede que me perdone o que me ayude consiguiendo un abogado o algo, él posiblemente me apoyará. Lo sigo amando. Mi corazón late como loco desbocado en tan solo escuchar el nombre de Tony.
—Quiere verte pudriéndote tras las rejas—lo dijo con una simpleza que me llegó a ofender. Fue como si estuviera en una montaña rusa, estaba en la punta y de un momento a otro estoy de nuevo hasta abajo ¿Qué esperaba? ¡Claro que me odia! ¡Debe de repudiarme!
No dije nada, aparte mi afligido rostro de su mirada y la dirigí a la ventana. No me di cuenta de que clase de desastre tengo por vida. Pienso en mis padres, ¿Cómo se sentirán cuando escuchan mi nombre con su apellido en las noticias?
Respire profundamente al ver las calles tan conocidas para mi. Las calles que recorría con mi familia para llegar a casa. Por raro que parezca, me sentía extraño, nervioso por volver a esa casa. Esa que pagamos Tony y yo con nuestros ahorros...Aquella casa llenad de bellas memorias.
Agache la mirada a mis manos, las cuales estaban atrapadas por esposas y espere a llegar. Luego de unos minutos nos indicaron que ya habíamos llegado. Los policías bajaron del vehículo y me sacaron del auto como si se tratara de un muñeco de trapo.
—¡Eh! —me queje cuando empujaron mi espalda para adentrarme al patio delantero—Con más respeto—use un tono juguetón para hacerlos enfadar.
—Silencio. Lo que digas será usado en tu contra.
Resoplo reteniendo una risilla—Estoy jodid...—Fury me interrumpe tomándome del hombro.
—Vamos—se limitó a decirme encaminándome a la casa.
Melancolía siento al ver la puerta de mi casa con bandas amarillas de seguridad. Un policía quito aquella banda y abrió la puerta, no contaba con seguro, se quedó igual como cuando me fui...
Al ver el interior de la casa, se me vino a la cabeza la imagen cuando salí corriendo de aquí, tan angustiado y desorientado. Y mientras corría por las oscuras calles quedándome sin aliento me preguntaba una y otra vez: ¿Por qué? ¿Por qué lo hice? Estaba furioso conmigo mismo, me odio.
No me di cuenta de que ya estábamos de pie en medio de la sala de la casa. Comencé a vagar por el lugar y por cada rincón que miraba, un recuerdo invadía mi cabeza...Esto era una tortura, Tomaré esto como un castigo.
Todo lo hermoso que viví aquí se esfumo en una sola noche. Ya no hay nada. La casa es tan lúgubre. Los muebles siguen intactos, todo lo está.
Los policías se quedaron cuidando la puerta, esperando mi intento de fuga.
—Siempre jugaba con mis hijos en medio de la sala y algunas veces en familia jugábamos juegos de mesa en el comedor—digo mirando a lo lejos el oscuro comedor. Mis ojos tiemblas de tristeza y rotundo arrepentimiento.
—¿Ahora recuerdas que fue lo que paso? —cuestiono pasivamente Fury.
Curvo la boca en una mueca triste—Si.
—¿Puedes contarme ahora? O ¿Prefieres decírmelo de regreso...?
Deje de escucharlo, me enfoque en mis alrededores y recordé uno de mis buenos días con mi familia, me hubiera gustado tanto que uno de esos días, tomara el lugar del verdadero día.