Antes del verdadero día

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Salí relajadamente del trabajo y estaba de camino a mi casa. Acabo de pedir un ascenso, he trabajado mucho aquí así que de seguro me lo darán. El jefe, aunque suele ser un poco pesado dijo que estaría viendo la posibilidad porque le parece justo para mi.

Hace unos momentos me despedí de Thor, un compañero de trabajo. Es muy carismático y le gusta mucho hablar, me platica sobre su familia y su vida. Me dijo que había estado en la prisión cuando era adolescente por robar, era muy pobre, por ello se vio obligado a cometer ese acto, por pura desesperación. Y me dijo que cuando salió de prisión conoció a un lindo chico, con el cual se casó después de miles de suplicas. Habla de él como si fuera el ser más magnifico del mundo, bueno, de su mundo debe serlo, dice que él es su nuevo sueño, su rey, cada vez que lo menciona sus ojos brillan de una diferente manera. Y yo le regreso la plática, para contarle sobre mi Rollito –como suelo apodarle-, también le cuento sobre mis hijos, mis malas notas y reputación en el instituto, y con mis barbaridades, travesuras y malas bromas le hago soltar escandalosas risotadas.

Cuando llego a mi casa, mis dos hijos vienen a mi para recibirme, mi hija es la que corre y salta para que la tome en brazos luego de haber dejado el maletín en el suelo, detrás de ella viene Peter caminado tranquilamente, Peter tiene siete años y Sharon cinco. Sharon es muy dulce y Peter es un poco más serio.

Coloque a Sharon en el suelo y Peter se me acerco solo para decirme un corto "Hola" esbozando una larga sonrisa. Con mi mano despeine su cabello en forma de saludo como siempre suelo hacerlo. Peter también es de pocas palabras.

Seguí mi camino al interior de la casa y me encuentro con Tony levantándose del sillón, me recibió dándome un corto beso en los labios.

—Estaba pensando en que después de que termines de comer podríamos ir al cine ¿Qué te parece? —pregunta dejando sus cálidas manos en mis hombros. Miraba sus bonitos ojos cafés, son tan grandes. Sus abundantes y largas pestañas que enmarcan sus ojos de una espléndida manera.

Asentí con la cabeza ante su propuesta—Por supuesto. Termino y vamos al cine—Sharon y Peter festejaron dando saltos y risillas de emoción y alegría.

Termine de comer rápidamente y salimos al cine. Vimos una película animada que estaba de estreno, fue entretenida por lo cual Sharon y Peter salieron de la sala muy gustosos, comentaban cada escena de la película con unas largas sonrisas.

Del cine pasamos un rato al parque, Tony yo vigilábamos a los niños desde una de las bancas, los juegos quedaban justo delante de nuestros ojos. Peter y Sharon pidieron que los empujáramos cuando estaban en los columpios, no podíamos negarnos. Peter me pedía que lo impulsara con mucha fuerza y cuando se columpiaba a grandes alturas escuchaba sus risotadas alegres, instintivamente yo también reía.

Así son habitualmente nuestros días. Salimos todos los días para distraernos. Prefiero ello que quedarme en casa recostado, si, llego un poco cansado del trabajo, pero es mejor disfrutar cada momento en familia.

Regresamos tarde a casa. Cenamos algo ligero y nos preparamos para dormir, si al día siguiente tocaba ir a la escuela y al trabajo respectivamente, si no, hubiéramos visto un poco más de televisión.

Sharon y Peter duermen en un mismo cuarto en una litera y si, ambos pelearon por la cama de arriba, Tony y yo decidimos –como suele ser casi siempre-que el mayor arriba y la pequeña abajo.

Siempre que se iban a dormir se acercaban a Tony y a mi para darnos las buenas noches. Sharon como siempre solía ser muy melosa y Peter más distante. Mi pequeña besaba mi mejilla dejándome húmeda la zona, al tiempo que me daba las buenas noches con su chillona voz. Peter se acercaba a mi sonriente dándome el mismo mensaje y yo le despeinaba el cabello. Se encerraban en su habitación para dormir y justo después de ellos, Tony y yo hacíamos lo mismo.

Nunca imagine que ese día sería uno de los últimos que disfrutaría con mi familia. Con el pasar de las semanas mi chispa se iba apagando, me sentía raro, mal, decaído. Sin ganas de nada. Empezaba a pensar mucho, por todo me ponía a meditar y a tortúrame. Los humanos somos adictos a pensar cosas malas. Con el tiempo no me di cuenta de que Tony y los niños salían sin mi, ya que yo les ignoraba o les decía que se fueran sin mi. Comenzaba con esos raros pensamientos de nuevo, y es que no me había ido bien en el trabajo, por una dificultad llamada Ross. Ese hombre me estaba haciendo la jornada laboral de cuadritos. Siendo algo cercano al jefe, se aprovecha para dejarme sus documentos para entregarlos todos yo, obviamente con el consentimiento del jefe y eso me hacía explotar, ya tenía suficiente con el trabajo que siempre tengo. Thor renunció por lo mismo, Ross también le harto y me quede sin ninguna compañía. Con Tony las cosas se habían puesto tensas, lo he ignorado un poco y es que no quiero desquitar mi frustración con él, prefiero evadirlo o evitarlo, pero eso salió peor. Mi paciencia está en juego de nuevo. Decaigo...no, he decaído. Sin embargo, no creo que sea necesario volver a aquellas citas profesionales ¿O si?

Esos días de felicidad me hubiera gustado repetirlos por siempre.

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¡Oficialmente estamos a 3 capítulos de terminar la historia!

Espero que la hayan disfrutado tanto como yo 7u7   

Gracias por leer ❤️

El verdadero día // DARK STONYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora