El verdadero Día

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Escucho una gruesa voz, es distante pero poco a poco suena más clara y fuerte, es Nick.

—Steve, hey, ¡Steve!—Nick me saca de mis pensamientos haciéndome soltar un pequeño respingo.

Despego la mirada del comedor, me giro hacia atrás y dirijo mis ojos a él—¿Qué?— Espeto.

—¿Me dirás ya lo que paso?—Pregunta acercándose relajadamente a mí. Es muchísimo más alto que yo, me impone demasiado, tanto que me hace retroceder unos cuantos pasos cuando hay mucha proximidad. Posa su grande y pesada mano en mi hombro.

Desvíe mis ojos de los suyos y pregunte—¿Si lo digo ya me dejarás de cuestionar?

—Eh...—Vacilo—No

Arrugue el entrecejo—¿Qué más quieres saber?

—Todas las demás personas. Queremos saber si fuiste responsable de todas para...

Le interrumpí secamente—Yo fui.

—Pero,Steve, hay algunas que se dudan que hayas sido tú y...

Terminé la oración por él—Yo fui. Yo hice todo eso.

Quito su mano de mi hombro haciéndome sentir solo de nuevo. Creo que necesitaba esa clase de cercanía o..., creo que ya no sé qué es lo que quiero—Con esa afirmación, te puedes ganar incluso cadena perpetua.

Eleve y baje los hombros despreocupadamente—Ya no importa

Nick sintió lentamente sin ánimos, luego exhalo pesadamente por la nariz—Bueno, ¿Qué fue lo que paso ese día?

Ladee los labios por el amargo recuerdo. Lo vi elevar su libreta cerca de su cara junto con la pluma en su mano derecha.

Bien, lo diré. Así acabaremos con esto. Ya no quiero saber nada, y creo que estaré mejor tras esos barrotes de metal desgastados y puede que me den una buena lección, suelen hacerlo. Puede que me maten a golpes, ya que importa.

Inahalé él húmedo olor de la casa y comencé a hablar con mucho dolor.

"Estoy en mi habitual rutina laboral con ese mismo jefe explotador el cual me tiene harto y más ese hombre patilludo que tengo por compañero.

Tener que ir a entregar papeles que me da mi jefe a otras empresas era muy agotador. Me pagaban bien, pero el problema es que yo tengo que pagar el transporte que use para llegar al lugar correspondiente y si tengo algún atraso me descuentan de mi salario. Y donde debo dejar los dichosos documentos no son cercanos, para nada. Y me muero de miedo cuando tengo que ira entregar una gran cantidad de dinero en efectivo. Si, lo sé, nadie podría saber que tengo dinero en ese sobre amarillo que sostengo en el antebrazo, pero por alguna razón me sentía observado, seguido. Me entraba el pánico y por ello usaba más transportes reduciendo mi efectivo.

Evertt Ross, por ser amigo del jefe tiene algunos beneficios. No nos tratan por igual aquí. Hace poco un buen compañero llamado Thor renunció porque no pudo soportar tanta presión, con él me sentía un poco acompañado, me llevaba bien con él, al menos a él si le causaba gracia mi sentido del humor.

Estas semanas han sido espantosas para mí. En algunas ocasiones quisiera que me tragará la tierra, no puedo ya con tanta presión.

Hoy tengo que entregar una gran cantidad de dinero y voy saliendo un poco tarde, debo darme prisa. Aparte que me causa pánico tener tanta cantidad de dinero en mis manos en ese habitual frágil y sencillo folder amarillo.

Corría por las calles en busca de algún taxi o un camión, sosteniendo el folder en mi antebrazo. Pero todos los taxis que veía estaban ocupados y los camiones no pasaban, suelen tardar por hacer sus correspondientes paradas, además de semáforos rojos.

El verdadero día // DARK STONYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora