Apostando al amor

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{MINI MARATON 3/3}

Salimos por la puerta trasera, que daba a una escalera que llevaba al patio trasero. Para nuestra suerte, los de mantenimiento llegarían recién el lunes para arreglar los cables de las cámaras. Cuando cruzamos parte del patio, comenzamos a correr hacia el estacionamiento.
- Bueno ¿y...y ahora?- habló Bruno, agitado por la corrida.
Saque una llave del bolsillo de mi pantalón que hizo que ambos se miren entre si.
- ¿De donde la sacaste?-
- Se la robe a la directora antes de salir corriendo de la oficina. ¿Como pensaban irse?¿caminando?.- reí - Es esa.- señale una camioneta gris estacionada casi al final de la fila de autos.
- No se te escapa una.- decía Andrés mientras reía
- Jamas.- copie su acción.- toma, vamos antes que se haga mas tarde.- le revolee la llave esperando que la tomara para luego abrir la puerta del copiloto.
- Esperen...- volvió a hablar.
-¿Que?- dijimos con Bruno al mismo tiempo
- Yo no...no se manejar.-
- ¿Como que no?-
- ¿Que tiene?.-
- ¡Andrés!.- volvimos a decir al unísono
- ¡¿Que?! Tengo chofer para ir a donde quiera no necesito aprender.-
Nos miramos con Bruno revoleando los ojos y reímos. - Dame a mi.- dijo este para recibir las llaves- Junior, guíame.-
- A la orden capitán.- conteste haciendo el saludo con mi mano en la frente.

Llevábamos casi una hora viajando en la ruta. Bruno comenzaba a bostezar y Andrés después de un rato, logró recostarse en la parte de atrás para dormirse. A mi en cambio, la ansiedad me carcomía, no podía pensar en cerrar ni medio ojo. Nos faltaba todavía un tramo.
- Intenta no matarnos, necesito llegar entero.- dije riendo cuando vi que Bruno volvió a bostezar.
- ¿No estas cansado? Tuvimos un día pesado.-
- La verdad no, tengo la cabeza a mil.-
- Ya estas cada vez mas cerca de verlo, te dije que confiaras en nosotros.- dijo dándome una pequeña palmada en la rodilla. Yo sonreí formando un silencio que al instante rompí.
- Gracias, de verdad.-
- ¿Por que?
- Por todo, por bancarme. Saben lo que significa Blas para mi-
-Somos rebeldes, no malos tipos.- río.- y pienso que siempre hay que apostar al amor si uno de verdad lo siente así .-
- Uy uy uy, alguien se volvió romántico.-
- Callate.- dijo lanzando un puño a mi hombro.- es la verdad.-
Le devolví la sonrisa para volver mi mirada a la ventanilla. Mi cabeza no paraba de pensar. Logre cerrar los ojos mientras disfrutaba la luz de la luna y el viento fresco en mi cara. Estuve así un largo tiempo, pensando solo en el.
- Eu...¡eu!.- la voz de Bruno me saco de mis pensamientos.- creo que llegamos, desperta a la morsa.- estire mi mano hacia atrás para darle una golpiza a Andrés, que no paraba de roncar.
- Auch.- dijo devolviendo el golpe.- no hacia falta tan bruto.-
- No lloriquees. Ya llegamos.-
Buscamos un lugar para estacionar. Sinceramente era lo que menos me importaba, solo necesitaba entrar a ese lugar y abrazar a Blas después de tanto.
- Déjalo ahí .- dije señalando un espacio cerca de la entrada.- por si necesitamos salir rajando.-
Estacionamos y bajamos del auto mientras observábamos lo gigante que era ese lugar.
- Es el doble que el nuestro.- habló Bruno.
- Yo les dije, si esto no es una secta pega en el palo.- respondió Andrés
- Callense, tenemos que ver como entrar sin que nos descubran.-
La entrada estaba llena de guardias pero el lugar era enorme, así que suponíamos que alguna puerta o ventana abierta tendría que tener. Estuvimos un rato dando vueltas alrededor del gran edificio.
- Es interminable esto.- dijo Andrés ya cansado de caminar.
- Volvamos a la entrada. Intentemos esquivar a los guardias y listo, va a ser mas fácil que seguir rodeando este lugar.- ambos suspiraron.
-Paren.- dije cuando vi una luz diminuta asomándose.- bingo.- sonreí. Había encontrado una ventana semi abierta que daba a la planta baja.- ayúdenme a subir.-
Como pudimos, nos hacíamos pie entre nosotros para saltar uno por uno. El ultimo fue Bruno así que tuvimos que alzarlo.
- ¿y esta que parte del lugar seria?- preguntó Andres, mientras tocaba e inspeccionaba todo como un nene de cinco años.
- No se.- dije fulminándolo con la mirada para que no hiciera ruido.- pero debe tener una estructura parecida al nuestro.- ambos asintieron.
-Subamos las escaleras, capaz nos lleven hasta las habitaciones.- agregó Bruno.
Cruzamos la cocina, una gigantesca sala de estar, el comedor y la biblioteca, hasta llegar a la primer escalera. Caminábamos a paso lento y con cuidado de no hacer ruido. Bruno y Andrés iban adelante, yo detrás, mirando por si alguien aparecía. Estábamos por subir la cuarta escalera cuando una voz hizo que los tres nos sobresaltáramos del susto.
Xx: ¿Junior?

"El internado". -Blasnior- <EN PAUSA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora