Miraculous: Random.

Los super detectives

Kim abrió los ojos lentamente para encontrarse atado en una silla, en un sótano.

-¿Qué me pasó?

Preguntó mientras una persona aparecía.

-Hola Kim.

El deportista gruño al ver que era Adrien.

-No hablaré.

El rubio asintió y a su lado apareció Nino, con una navaja que hizo al deportista palidecer.

-¡No pueden usar éso contra mí, irán a la cárcel!

Adrien se encogió de hombros.

-Soy rico, si quiero puedo comprar la cárcel.

Y con éso, Adrien se hizo de dos enemigos.

Nino se acercó más mientras jugaba con la navaja.

-Creenos hermano, nosotros somos los buenos.

Dijo mientras señalaba a Nathaniel el cual tenía una remera musculosa de guerra.

-Soy una máquina asesina.

Dijo el pelirrojo mientras Kim se preguntaba de donde salían si hace un rato no había nadie.

El ojiverde se acercó con seriedad.

-Ya admitelo gusano, tu fuiste quien se comió mi croissant cuando fui al baño.

-¿Qué ése no fue Nino? Hasta subió la foto en Facebook.

Adrien se volteó lentamente y miró al moreno que planeaba su venganza hacía Kim.

-¡Tú! ¡Mal amigo!

-¡No me digas mal amigo, tu eres el mal amigo por no aceptar mi solicitud de amistad en Facebook!

-¡No lo hice por que siempre públicas tonterías como que te pica el axila, que encontraste un mocote en tu nariz, que tienes diarrea explosiva y otras tonterías que siempre públicas a la hora del almuerzo!

Los dos se miraron por un rato de manera desafiante antes de ponerse a pelear.

Mientras ellos se rasguñaban y tiraban del pelo, Nathaniel desató a Kim y se fueron a sus casas.

Y así, el delito de la desaparición del croissant fue resuelto por los super detectives Adrien y Nino.

Fin.
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¡Hola!

Decidí que voy a dar está historia por concluida aquí.

No me convence mucho por lo que no me inspira a seguirla, espero que lo entiendan.

Gracias por su tiempo al leer.

Hasta la próxima...