Capítulo 11: "No es gracioso"

2.5K 242 3
                                    

Capitulo 11

"No es gracioso"

Edward:

   Seguí en mi ataque de conquistador. Ninguna chica antes había resistido a mis encantos. Por lo que sabía claramente, que tarde o temprano encontraría la forma de entrar a su corazón. Y darle un jaque mate a su orgullosa forma de ser.


— ¿De nuevo tú?—  dijo asombrada, mientras miraba a su alrededor,sintiéndose fastidiada con mi presencia.

— Hola Abad...

—  ¿Qué quieres?...— dijo al guardar aquel libro que leía. Al mismo tiempo que se levantaba, dispuesta a marcharse de mi presencia.

— ¿Ya te vas?... 

— ¿No te cansas, verdad, de que te ignore?

—  No...

—  Pierdes tu tiempo conmigo Spencer... Por lo que ve a fastidiar a alguien más.

— ¿Realmente?— dije al verla a los ojos.

— Sí... Tú jamás conseguirás lo que buscas. Ya te lo dije... Conozco tan bien a los chicos cómo tú, que me aburres y me fastidias innecesariamente. No caeré en tu tontos juegos.— me miró desafiante— . Ni por más que te acerques a mí o toques a la puerta de mi habitación...

— Pudiera tomarlo como un insulto de cualquier otra persona... Pero viniendo de ti, es un halago...— sonreí con picardía— .Me encantan las chicas como tú... Siento si no pueda complacerte con tu petición.

—Que lastima, a mí no me agradan los chicos como tú... Con tu permiso, tengo una clase en este momento...—dijo con ironía, alejándose de mi presencia, mientras una sonrisa se dibujaba de par en par en mi rostro.


    Simon pronto se acercó a mí, siendo testigo presencial de todo aquello.


 — En verdad te estas metiendo en donde nadie te ha llamado...


   Sonreí ante aquel absurdo comentario, aunque era consciente que lo decía en son de burla.


—  No pierdo nada. Nunca se puede perder lo que nunca se ha tenido...

—  Espero que sepas bien en lo que te metes... Podrías terminar enamorándote de ella... Y ella de ti, nada que ver...—  dijo graciosamente. Pero había más verdad que un comentario cómico.

— Muy gracioso... ¿Quién habló de amor?... No yo... No me gustan las ataduras. Soy un hombre libre.


  No podía parar lo que había empezado a ingeniar mi cabeza, sin saber en lo que realmente me estaba metiendo.


   Me estaba hundiendo lentamente en algo que ni yo mismo podía ver. Aquel juego que se diseñaba en mi cabeza, tenía un ganador. Y no sería precisamente yo, cuando la verdad llegase a mí. Y viese con mis ojos lo que en aquel instante no podía ver...


   Ella era inalcanzable para mí, al ser distintas a las demás chicas a la que solía frecuentar.

Shannon:

_ ¡Esto no puede ser verdad!_ dije enojada al encontrarme un osito teddy con una tarjeta en la puerta de mi habitación cuando regresaba allí queriendo descansar de ese día agotador_. De verdad que no entiende un no... O es que realmente quiere conocer a la verdadera Shannon Abad que no le he enseñado aún... ¡Dios mío! ¿Qué hice para merecerme esto?... _ tomé aquel osito en mis manos y abrí aquella nota que decía: <<   Un "No" significa un "Sí" para mí. Y un "Sí", lo que realmente significa en un diccionario... Por lo que piénsalo mil veces cuando me dices que "No me quieres conocer" o "No me quieres cerca"... Pues nunca me rendiré. Ni me daré por vencido a causa de las muchas veces que me digas "NO"... Edward Spencer...  >>


      Entré en mi habitación, rogando que Amanda no estuviese allí o hubiese visto aquel osito de peluche. Había sido realmente un día de muchas sorpresas. No obstante, aunque había deseado botarlo en la basura. No lo hice. Lo coloqué en la mesita de noche que estaba a un lado de mi cama y me dispuse a ignorarlo.


   A la mañana siguiente... 


   Me desperté, como todos los días, colocándome mi habitual armadura y aquel caparazón que me hacía evitar mostrar quien era realmente.


— Tienes una cara... Deberás maquillarme con corrector esta mañana..._ me había dicho Amanda_. ¿Qué tal tu día de ayer? Cuando llegué te encontré dormida.

— Bien...

—  ¿Y ese osito teddy? ¿Es tuyo?

— Sí... 


   Un silencio pronto nos envolvió a ambas. Mientras Amanda también se arreglaba.


— ¿Puedo hacerte una pregunta sin que te enojes?_ me preguntó, rompiendo aquel silencio.

—Sí, claro...

— Shannon, una cosa... ¿En serio no quieres seguir escribiendo?

— ¿Por qué lo preguntas?

— Porque estoy viendo que me ocultas la verdad... ¿Es por ese tal Edward?

— No... Sencillamente no me provoca seguir escribiendo ahorita... Me tomaré un tiempo...

— ¿En serio?..._ sonrió cómicamente.

— ¿De qué te ríes?

— ¿Alguna vez te han dicho que del odio al amor hay solo un paso?

—No me hagas reír... Porque no es gracioso.— dije al guardar silencio después.   


Edward:

   Nunca imaginé todo aquello que ella vivía, tras ser un gran enigma para mí. En mi interior simplemente pensaba que ella era una estudiante que tenía una vida normal. Una vida de universitaria, en la cual solo le interesaba graduarse y ejercer su carrera.


   ¡Qué equivocado me encontraba!


   Días después, una llamada de su madre la inquietó un poco.


— ¿Sucede algo?— le preguntó Amanda, al verla subirse a su automóvil, aquel que sus padres le habían comprado recientemente. Y su actitud era como si estuviese huyendo_. ¿Paso algo?

— Necesito estar sola...— dijo al cerrar la puerta de su automóvil.

— Shannon...


   Sin embargo, mientras ella contenía aquellas lágrimas que estaban por caer en su rostro, se despidió al prender el motor de su automóvil.


   Un minuto después el automóvil se perdió en la distancia, y lo único que quedo allí fue la incertidumbre de qué había inquietado a Shannon.


   Resultaba difícil conducir con los ojos nublados por las lágrimas, pero ella siguió adelante, confiando en que su instinto la llevara luego de regreso. Había bajado un poco la ventanilla, con la esperanza de que el aire fresco le aclarara la cabeza, pero realmente no parecía ayudar. No había nada, en ese instante, que pudiera ayudarla.


   Estaba realmente tan cansada. 

Si Sólo TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora