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Cuatro.

"¡Ten más cuidado jodida puta!" Se escuchó en toda la cafetería.

Harry se levantó de su asiento con el ceño fruncido y se acercó a Violet quien miraba su remera amarilla llena de comida con vergüenza.

Todos se quedaron callados cuando Harry sacó una remera azul de su mochila y se la tendió a su chica.

"Ve a cambiarte Violet" Dijo sin apartar la mirada del idiota que se había atrevido a gritarle a su pequeña "Y tú ni siquiera te atreves a pensar en irte pedazo de mierda" Gruñó furioso.

"Hey amigo, no sabía que era tu chica" Dijo nervioso.

Harry iba directo a golpear la mandíbula, tenía en ángulo perfecto para quizás romperle un diente, entonces las delicadas manos de Violet tomaron su brazo.

"Harry" Escuchó y suspiró para acariciar su mejilla.

"Tranquila pequeña, no voy a golpearlo, solo ve a cambiarte" Le dijo con suavidad dejando sorprendidos a todos en la cafetería.

Ella confío en él y salió de la cafetería seguida por uno de los mejores amigos de Harry.

"Vuelve a hablarle así y juro que no me voy a detener" Dijo casi sobre él "¿Entendiste?".

"S-si" Tragó con dificultad.

Volvió a su mesa mientras todos lo miraban sorprendidos, gruñó, sabía que era porque no lo había golpeado.

"¿Qué mierda miran?" Gritó enojado.

Todos volvieron a comer o a transitar por la cocina murmurando lo ocurrido y conociendo el punto débil del chico malo.

"La pequeña Violet si que te tiene a raya" Niall rió.

Harry solo lo miró mal haciendo callar al castaño, refunfuñó durante los próximos minutos mientras sus amigos se veían cómplices, aquel no era ni la mitad del Harry que era hace un mes atrás y lo confirmaron cuando lo vieron sonreír por lo bajo al momento en que Violet llegó a la mesa usando la remera de Harry.

Sí, ellos sabían que la pequeña soñadora le había robado el duro corazón a Harry.

Solo faltaba que él se diera cuenta.

Kindness |h.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora