Shhh

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Daeyeol no está en casa, su mamá tampoco, todo es muy silencioso, me sorprende que después de todo el ruido que provocamos nadie haya venido, mis ojos me arden de tanto llorar, el piso en su habitación esta casi todo cubierto de sangre, mi ropa esta manchada y hay cosas regadas por aquí, Sungyeol sigue Tirado en el suelo, con la garganta abierta, junto a mí reposa el cuchillo corto de cocina con el que lo hice.
Me duele, me duele mucho, pero, ¿qué otra cosa podía hacer?, fue una dolorosa discusión.
Mi rostro está suavemente salpicado con su sangre, y eso de cierto modo en lugar de causarme asco, me reconforta un poco, es una sangre especial, después de todo, es suya, sigo contemplando si debería hacer lo mismo conmigo o si mejor debería abrirme las muñecas, como sea, eso lo veré cuando acabe de escribir.

Si mi corazón hablara. (Yeolsoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora