Salvation 《Katsudeku》

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<<La delicia de tus besos, la suavidad de tu piel y la ternura de tu mirar. >>

– ¿Y bien? ¿Me dirás por qué espías al jefe?

Di un paso hacia atrás y le miré de frente.

–No espiaba, solamente quería entrar a mi hogar, pero no deseo interrumpir

–Ah ya veo, entonces ¿Por qué no vamos a otro lugar? Solo para respetar la privacidad de ellos

–No gracias –sonreí algo incómodo– mejor debería regresar con sus hombres –di un paso atrás y me pegué a la puerta– seguro preguntan por usted

Él me miró por un momento y luego soltó una pequeña risa.

–Veo que es verdad cuando me dijeron que contigo no podría ser sencillo

–No me van los hombres –levanté mis hombros– así que supongo que tendrá que serle fiel a su pareja y no buscar conflictos al andar de coqueto con alguien más

El chico pelirrojo comenzó a reír, no comprendía nada de lo que pasaba, así que solo me dediqué a verlo. Cuando paró, se limpió las pequeñas lágrimas en sus ojos y luego me miró.

– ¡Ay lindura! Tenía desde que empezó esta epidemia que no me reía de esta manera –suspiró con fuerza, se sacudió el cabello y se acercó lo suficiente como para invadir mi espacio personal, tomando mi barbilla dejando poco espacio entre nosotros en tan solo pocos segundos– Dime dulzura, ¿Qué te han dicho esos ingratos sobre mí?

–Yo... uhmm... realmente no mucho, pero logré escuchar que usted tiene pareja en el campo 14 –murmuré algo incomodo

–Campo 14... campo 14 hmmmm –ladeo un poco su cabeza sin dejar de verme– ah ya recuerdo, no, no tengo a nadie ahí, solo a mi mejor amigo. Si dicen que me revuelco con alguien de ahí están completamente equivocados, de la única manera en que me he revolcado con él es al momento en que me pega una paliza al entrenar

–Tampoco es como si me debiera de dar explicaciones

–Sólo quiero que quede claro que no tengo a nadie, y que estoy muy interesado en cierto dulcecito que estoy apreciando en estos momentos ¿A qué sabrá a todo esto? ¿Muy dulce? ¿Agridulce? Tengo bastante curiosidad

Sentía ya su aliento, de verdad lo sentía. Solo que no entiendo porque no me movía o le propinaba un buen golpe. Cerré con fuerza mis ojos y apreté un poco mis labios.

No quería.

De verdad que no.

–Eres tan lindo, dulcecito –abrí mis ojos y miré como una daga estaba sobre el cuello del chico pelirrojo, éste sonreía y mantenía aun su muy escasa distancia– ahora, ¿Le podrías decir a este loco que aleje eso de mi garganta si no quiere morir?

Me escabullí y di un paso hacia atrás, Shoto mantenía un poco distancia y con la mirada vacía mientras aún mantenía el agarre firme del cuchillo en la garganta del pelirrojo. Me puse a su lado y tomé su mano para alejar el cuchillo del otro.

–Está bien –le quité el arma de su mano y yo mismo la guardé en el compartimiento secreto donde Shoto siempre ponía ese cuchillo– todo está bien

–No vuelvas acercarte a Izuku, él no es como los que acostumbras llevarte a la cama, K

El pelirrojo volteó y miró con ojos serios a mi amigo.

–Eso lo sé perfectamente ST, así que no te metas

–Me meto porque Izuku es importante para mí