Las tenues y anaranjadas luces intentaban alumbrar aquel pequeño local, mas con su intensidad, no eran capaces de iluminar poco más de dos palmos de distancia. Aún así, el lugar no era sombrío, era hasta acogedor ya que te invitaba a quedarte y pasar tranquilo un buen rato en la barra.
Jirou ya no sabía cuanto tiempo llevaba entre aquellas decoradas paredes marrones, sólo esperaba que no fuera mucho aunque nadie le esperara en casa para recriminarle su tardanza. Estaba ella sola, junto a esa copa de ginebra que recordaba haber sido rellenada tres veces. Tampoco le parecía tanto ya que el enorme hielo en forma de esfera ocupaba tres cuartos del pequeño vaso. Iba bien, lo juraba. Aun siendo pequeña, hacía falta mucho alcohol para vencerle.
No le importaba lo que pensaran los demás de esa pobre chica que pasaba toda una noche de un jueves bebiendo sola, es más, necesitaba ahogar sus penas de una vez. Era una héroe, eso es verdad, pero hasta ellos acababan hundidos y merecían su tiempo para volver a ser los mismos que el público veía.
Escuchó como el taburete al lado suyo era arrastrado. No levantó la cabeza de la barra ya que suponía que era algún grupo de recién llegados que necesitaba uno de ellos para alguno de los miembros, así que siguió jugueteando con el enorme hielo que iba derritiéndose en el vaso medio vacío.
—Buenas noches, desearía lo mismo que ella, y deja la botella, por favor.
Ella levantó una ceja al escuchar la voz masculina que provenía de su derecha. Le era reconocible, y no poco. Aunque a duras penas lo había hecho, había escuchado esa voz por tres años seguidos y, muy de vez en cuando, en la televisión.
Vio como el camarero no dudo dos veces en dejar la botella, hasta se atrevería a decir que hizo una reverencia antes de salir casi corriendo de la barra.
— ¿P-Por qué? —preguntó ella señalando disimuladamente hacia la dirección donde él había huido.
—Es un amigo. —Se encogió de hombros antes de destapar la botella.
La de cabellos morados tartamudeo mientras el otro se servía la copa y rellenaba la de ella. Esta murmuró un gracias, apartándose un mechón de su enredado pelo del rostro.
—Hacia mucho que no nos veíamos, Todoroki —murmuró llevándose el vaso a los labios—, y tampoco imaginaba encontrarte aquí.
Él frunció el ceño, cogiendo el vaso por arriba, jugándosela a que se resbalara entre sus dedos. Poco tardó en recordar que ella desconocía que ese sitio era financiado con parte de su dinero para ayudar a un viejo amigo.
—Este lugar forma parte de mí desde hace ya mucho tiempo. —Se limitó a decir, dejando un poco de misterio en el ambiente.
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Sinfonías; BNHA Week '18
FanfictionSiete sinfonías donde Jirou llevará la batuta. ✽ Varias parejas, todas con Jirou en ellas. ✽ Participando en la #BNHAWeek2018 ✽ Recopilación de one-shots. ✽ Los personajes no me pertenecen.