Capítulo 6: ¿Qué hiciste?

144 31 5
                                    

Su piel resplandece a la luz nocturna, sus ojos dejan escapar atisbos de lujuria y ante el mínimo tacto enloquezco. Sus colmillos se entierran en cada milímetro de piel y succionan dejando pequeñas flores lilas en cada sitio.

No puedo dejar de mirar pero tampoco sostener la mirada, cada caricia lenta es una tortura medieval de crudo placer...

Pero la mirada se distorsiona y todo se vuelve rojo y negro.

Todo se vuelve caos y horror...

××××××××××××××××

La morada a oscuras nos recibe. Me inclino revisando los restos de quien fue un buen amigo en el suelo. Un camino virulento de terror nocturno nos arrastra al sótano. Mis compañeros limpian y sacan fotos, toman nuestras como evidencias.

- La puerta tirada abajo...

Las pulsaciones en mis sienes golpetean en un ritmo rápido, el aroma pestilente del vómito y carne podrida me revuelve las tripas.
El aroma muerto de Todoroki se desvanece y reconozco el predominante. Giro y mis ojos chocan con los de Iida que asiente concordando conmigo. Ya hemos visto éstas mordidas y formas de atacar, sin embargo... Aquella vez el asesino permaneció junto a la víctima.

¿Qué sucedió para que todo terminase así? ¿Algún ajuste de cuentas?

No, Kirishima no es así. Al menos el que conocí... Ese que logré alejar de la muerte en su Clan...

Masajeo mi entrecejo estresado y peino mis rizos. Mis manos, repletas de cicatrices dan cierto pavor a una de las forenses que levanta pedazos de carne llenos de fluidos gástricos.
Exasperado me levanto de donde permanecí de cuchillas por un prolongado tiempo entre susurros y suposiciones erróneas, justo en ese ápice de desesperación y, casi necesitando un trago, un aroma llama mi atención.

Es uno que conozco demasiado bien y me hace vibrar. Uno que seguí durante años con admiración y deseo prohibido.

Mis pies me llevan a una jaula cubierta por un manto del mismo tono cemento que la pared, oculto por la magia negra de la familia de Shoto.

Ese aroma crudo me hiela la sangre e instintivamente mis garras y colmillos aparecen. Mis pupilas, las puedo sentir agrietarse y rasgarse... Mi mandíbula tiembla.

Las cadenas en el piso cubiertas de sangre y ese aroma, maldita sea, ese maravilloso aroma me inunda y me deja de rodillas en el suelo sucio.
A mis espaldas las chicas corren a sacar fotografías y dar órdenes junto a Iida, la mano suave de Denki acompañada de su mirada preocupada me sacan de mi estado catatónico.

Miel.

Almendra.

Tabaco.

Madera quemada.

Me ayuda a pararme y me saca de ahí notando como mi lobo interno brama por salir.

- Fue Kirishima, estoy totalmente seguro...  Pero ¿por qué? - Balbucea encendiendo un cigarro y desajustando su corbata. Saca su celular y a juzgar por su sonrisa, contesta a su compañera, Jirou.

Bajo la mirada con pesar, ahora... Todo me cierra. Mi mente carbura tan velozmente que me siento de lleno en el cordón de la vereda. Ese aroma me marea y fatiga. Sobre todo porque... El sigue con vida.

Los cabos sueltos son atados y anudados casi con una fuerza brutal.

Saco del bolsillo interior de mi chaqueta mi celular y busco entre los contactos... Ambos teléfonos dan desconectados. Vuelvo a buscar... La voz gruesa y potente del alfa me provoca otro temblor. Me saluda con suma amabilidad y cordialidad, pregunta por toda mi estirpe y cuestiona mi falta de compañera. Río intentando seguirle el juego y guardo silencio. Le digo pausadamente y con delicadeza la situación. Lo puedo escuchar sentarse, siento su miedo y tristeza. Luego de cruzar unas palabras más corta y miro a la nada misma.

- Kacchan... ¿Qué demonios hiciste?

×××××××××

Mis dedos acarician su piel desnuda, profanada y marcada. Sus ojos rojos son cubiertos por sus párpados y su respiración profunda llena la habitación con calma y paz.

Me levanto pasando las manos por mi cabello, tanto pasó en tan poco tiempo que me encuentro a mi mismo perdido y mirando a la nada misma.

Una vibración y una luz me sacan de ese limbo. Provienen de su pantalón. Me levanto y lo agarro.
Son varios mensajes que empiezan a caer en cascada. Desbloqueo el aparato.

El primero de un tal Tetsu: "¿Qué demonios hiciste? Estoy yendo para allá".

El segundo es de un tal Denki: "¿Dónde estás?".

Gruño molesto, ¿tan solicitado estás bastardo?

El tercero y último me provoca un vuelco en el estómago.

"Red Riot, saca a Kacchan ahora mismo de allí. Huyan."
"Vengan a casa."

- Deku... Bastardo... ¿Qué demonios? - El sonido insistente del timbre despierta a Kirishima que me mira sin entender nada.

Se levanta y viste mientras olisquea el aire. Junto al timbre se escuchan golpes violentos a la puerta. Me pasa mi ropa y me encierra en la habitación sin decir palabra alguna.

No.

Aprieto el celular, Deku está llamando y atiendo.

- ¿Q-qué? - Tartamudeo.

- Kacchan... - Suspira con algo parecido a un intento de tranquilidad irónica acompañado de una risita. - ¿Qué mierda hiciste, pequeño Kacchan?

××××××××××××××××

ADVERTENCIA: Ésta historia contiene lenguaje soez, sexo explícito, violencia y dolor emocional.
Los personajes utilizados le pertenecen a Kouhei Horikoshi de su obra Boku No Hero Academia. La portada pertenece a su autor.
Gracias por leer.

Hola! Perdón por tardar tanto en actualizar! Estuve algo complicada de inspiración. En fin... Espero les guste este capítulo. Hasta la próxima!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 10, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Perfume RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora