seis.

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La felicidad y emoción que sentía eran muy notorias en estos instantes porque ya me estaba dirigiendo hacia la universidad. Pero no para pasar las horas dentro del lugar, eso ya había acabado por hoy, sino para encontrarme con Jaebum para ir a la biblioteca.

Ir a la biblioteca podía parecer algo aburrido, tal vez muchas otras personas preferirían salir de fiesta, ir al cine, dar un paseo por el centro, ir de compras... Y quizá yo hoy habría optado por salir de paseo con mis amigos, pero en este momento se trataba de salir con Im Jaebum, mi crush.

¿Quién no saldría a un sitio que no le entusiasma demasiado por su crush?

Además, quería saber qué tipo de intereses tenía Jaebum con respecto a la lectura, y también tenía ganas de empezar a leer algún libro, ya que a lo largo de mi vida solo había leído como cuatro, y eso sin contar los que mandaban a leer por obligación en el instituto y la universidad.

En conclusión, conocer más sobre la persona que te gusta y pasar tiempo con ella siempre es algo bueno. La comunicación es mágica y une a muchísimas personas, por lo que era muy necesario que él y yo comenzásemos a hablar más sobre gustos e intereses y no solo para meternos el uno con el otro.

Visualicé a Jaebum varios metros antes de llegar a su lado y me sentí con muchas ganas de abalanzarme a su cuerpo y darle un abrazo, pero era obvio que eso no podía hacerlo. En cambio, hice una reverencia y le regalé una sonrisa. Él solo me saludó con un simple hola y comenzamos a caminar.

Los primeros minutos fueron algo incómodos. Ninguno de los dos hablábamos y cuando le miraba de reojo no le veía con ninguna intención de sacar algún tema de conversación. Era obvio que él no tenía ganas de estar aquí, no quería perderse un viernes con sus amigos por ir a la biblioteca conmigo. Pero yo no le había obligado a venir, él mismo acabó ofreciéndose y por eso ahora estábamos juntos, así que no entendía del todo su actitud.

Decidí cortar el silencio que incluso me estaba poniendo nervioso y empezar cualquier conversación.

-Siento mucho amargarte el viernes. Sinceramente, no era mi intención.

¿Por qué era tan estúpido y me disculpaba? De nuevo me tenía que recordar el hecho de que no le había obligado a acompañarme.

-No te preocupes, yo fui el que acepté.

Oh, ¡gracias por no echarme la culpa! Ya lo estaba haciendo yo solito.

-Está bien. ¿A qué biblioteca vamos?

Conocía un par de la ciudad, pero nunca había entrado. Bueno sí, pero hacía años.

-A una que es genial. No es la más grande ni conocida, pero tiene de todo.

De nuevo volvió el silencio. Ahora no sabía qué más añadir, porque con él no sabía cuales temas sacar para poder mantener una conversación fluida y no tan corta.

Recordé de repente que yo estaba muy interesado por saber sobre sus gustos y pasatiempos favoritos, por lo que la mejor opción sería preguntarle algo respecto a eso. Tal vez así él comprobaba que conmigo se podía hablar de todo y le empezaba a caer mejor.

-¿Qué es lo que sueles hacer en tus tiempos libres?

Le miré un poco avergonzado por mi pregunta. No era algo muy personal preguntar aquello, de hecho era muy común, pero al ser él me daba más vergüenza. No quería que pensase algo erróneo de mí y me viese como un entrometido.

-Pues nada fuera de lo común. Hay veces que salgo con amigos, otras veces con alguna chica, duermo si estoy muy cansado o juego videojuegos. También me gusta ver películas, documentales y leer. ¿Y a ti?

Conquistando a un homofóbico [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora