once.

9.9K 1.3K 1.2K
                                    

Jaebum y yo estuvimos durante todo el camino diciendo tonterías y riéndonos de cualquier cosa. El ambiente que había entre nosotros era uno muy cómodo y bonito, parecíamos amigos de años cuando en realidad nuestra amistad era muy reciente. Me sentía muy feliz de pasar la mañana junto a él en vez de estar en la universidad. Sabía que ir a clases era más importante, pero una excepción no le hacía daño a nadie, así que no le veía ningún problema a haber aceptado.

Al cabo de un pequeño rato llegamos a su casa. Al entrar me sentí muy a gusto, tenía ese ambiente acogedor y cálido que tanto me gustaba, porque mi casa se sentía igual.

-¿Has desayunado? -me preguntó mientras soltaba su mochila al lado del sofá.
-Sí, ¿por qué? -imité su acción.
-Ah, para darte de desayunar por si no habías comido.
-Muchas gracias, pero estoy bien. -aseguré con una sonrisa.
-Genial, entonces... -posó su vista en el gran televisor. -¿Jugamos ya o quieres hacer otra cosa?
-Juguemos, ¿qué otra cosa vamos a poder hacer? -reí mientras me sentaba en el sofá.
-Podemos hacer muchas cosas además de jugar videojuegos. -se dirigió a el mueble donde estaba la televisión y abrió un cajón que había debajo donde estaban todos los juegos. -Por ejemplo dormir, ver películas, hablar de cualquier tema, preparar algo para el almuerzo, tener sexo... Bueno, eso no.

Solté una carcajada al ver su rostro por lo último que había dicho. No sabía si lo había soltado sin pensar o si realmente lo estaba pensando y se le había escapado, pero su cara de meme fue lo mejor.

-Mejor hoy solo videojuegos, ya veremos otro día. -contesté intentando calmar mi risa.
-Sí, mejor. -murmuró.

Se dispuso a enseñarme los muchísimos juegos que tenía y después de unos cinco minutos en los que estuve decidiéndome, escogí dos. Jugaríamos un rato a cada uno y así me quedaría más satisfecho.

Pusimos primero un juego de acción en donde Jaebum y yo éramos compañeros del mismo equipo, debíamos completar algunas misiones sin ser pillados.

Estuvimos por un largo rato centrados en el juego y solo haciendo comentarios sobre este. Me cansé un poco de no tener tema de conversación con él. Mi intención siempre era que cada día o rato que pasásemos juntos pudiésemos conocernos más y tener más confianza entre nosotros.

-Oye, ¿qué te parece si nos hacemos preguntas de lo que nos apetezca saber del otro mientras seguimos jugando? -propuse para que el ambiente fuese más animado.

Él me miró por unos segundos después de haber estado casi una hora con sus ojos centrados en la pantalla y asintió de acuerdo.

-Empieza tú. -pidió.
-Está bien. -acepté. -¿Qué es lo que más te gusta hacer? Solo puede ser una cosa.
-Dormir. -respondió con rapidez.
-¿En serio? -solté sin creerlo.

Me esperaba otra cosa más interesante, pero por lo que se veía era igual de amante de dormir que yo.

-Me gusta hacer muchas cosas, pero solo me has dicho una, así que elijo esa.

Lo entendía, si a mí solo me hubiesen dejado elegir una también habría sido dormir. ¿Por qué tenía que ser tan perezoso?

-¿Qué es lo que más te atrae en un chico?

Su pregunta no me sorprendió, la verdad es que me esperaba preguntas así porque sabía que él estaba interesado en el tema, y así también descubría cosas que me gustaban en él.

-¿Físicamente? -pregunté para asegurarme.
-Sí.
-La sonrisa y los ojos me suelen llamar la atención.
-¿Y por qué te fijaste en mí si apenas tengo ojos? -soltó.

Me reí con ganas por su rostro lleno de confusión y a la vez curiosidad, además de que se había metido con él mismo.

-Es que tú me llamaste la atención por completo, no solo por tu sonrisa y tus casi inexistentes ojos. -volví a reír.
-Oh, entiendo. -regresó su vista a la pantalla. -Me siento halagado.
-¿Alguna vez has tenido relaciones en este sofá? -pregunté de repente.

Conquistando a un homofóbico [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora