08

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—Deja de beber. Tú eres pésimo con el alcohol— ignoro la voz de Hoseok y sigo bebiendo.

—Déjame Hobi. Estoy deprimido, si no bebo hasta perder la consciencia seguiré queriendo matar a YoonGi— gruño sintiéndome tan impotente.

Por qué a pesar de sentir que detestaba a YoonGi por hacerme sufrir de esa manera. Sentía que tampoco podía dejar de quererlo y eso era mucho más doloroso, ya no quería seguir arrastrando este amor.

—Hyung. Sé que estás enojado y lastimado pero beber de esta manera no es bueno— la mano de mi castaño amigo se posicionó sobre la mía.
—Además. ¿No eres tú quién siempre dice que todo en exceso es malo?

—También en pequeñas cantidades y ahora mismo mi cuerpo necesita gran cantidad de alcohol— respondo sin mirarlo.

Sabía que Hoseok me estaba mirando de mala manera y ya no quería oír sus regaños.

—Pequeño Jin. ¿De nuevo siendome infiel?— dejo caer mi cara sobre la barra al oír la voz de Jungkook.

Muevo la cabeza negando una y otra vez. —Vete a molestar a alguien más.

—¿Qué sucede?— sentí su mano sobre mi espalda y de nuevo esos cosquilleos apareciendo recorriendo mi cuerpo ante sus caricias suaves.

—¿Tú eres Jungkook?— ahora oigo la voz de Hoseok.

—Oh, claro. Mucho gusto, ¿Tú quién eres?— pregunta Jungkook sin despegar su mano de mí.

Después de unas cuantas palabras, Hoseok me dejó solo con Jungkook. Y cuando sentí que ya estaba totalmente lejos, me levanté buscando el pecho ajeno para recargar mi cabeza.
—Eres un idiota.

—Vaya, no nos habíamos visto casi por una semana y eso me dices— ahora sus dedos se movían hábilmente sobre mis cabellos.
—Qué romántico.

Me quedo en silencio aspirando el aroma a su perfume y muevo la cabeza causándole cosquillas ya que su risa lo delató. —Jin. ¿Pasó algo malo?

—YoonGi lo sabía, siempre lo supo y solo se burló de mí—. me aferro a la camisa ajena y sollozo. —No sé cómo sigo llorando si he llorado sin parar desde entonces.

—Te vas a deshidratar—. Bromea pero de inmediato se queda callado.

Siento la mano de Jungkook detenerse entonces alzo la mirada y lo observo con confusión, había algo diferente en su mirar pero no sabía con exactitud qué era.

—¿Puedo besarte?— pregunta.

Bajo la mirada pero su mano sobre mi barbilla me hace levantar de nuevo el rostro así que solo cierro los ojos.

Con lentitud sus labios rozan los míos hasta que finalmente se presionan juntos en una caricia completamente inocente, nisiquiera es un beso como tal es solamente un roce.

El se aleja mirándome con dulzura
—Haz dejado de llorar— sonríe.

Sonreí levemente dándome cuenta de que tenía razón por qué aunque me negara a aceptarlo, Jungkook sesaba el dolor que mi amor no correspondido causaba en mí.

—¿Quieres que te lleve a tu casa?— pregunta acariciando mi mejilla.

—No. No quiero ver a YoonGi aún— murmuro desganado.

—Entonces vamos a mi casa, te prepararé una rica cena— sonríe tomando mi mano y no me importó que la tomara hasta subir al auto.

Una vez llegamos a su departamento de nuevo me toma la mano ofreciéndome una sonrisa aunque está se le borra en cuanto entramos al lobby y un tipo alto de cabellos rubios saluda con la mano a Jungkook.

—Disculpa...— murmura soltando mi mano y camina con rapidez hacía el hombre.

Al verlos alejarse decido sentarme en un sillón a esperar. Después de al rededor de quince minutos, él vuelve.

Callado y distraído. Subimos hasta su departamento.

—¿Estás bien?— pregunto al ver que no podía meter la llave en la cerradura. Su mano estaba temblorosa.

De pronto me extiende un bonito sobre decorado de manera preciosa que decía "NamJoon & Gyu Ri".

—¿Una invitación?— pregunto confundido.

El asiente recargandose de la puerta y sonríe ligeramente. —A la boda de mi hermano de quién estoy enamorado.

Lo observo lleno de sorpresa, esperando a que se riera y me dijese que era una broma pero no hubo tal cosa. Su sonrisa triste y mirada perdida me decían que era verdad.

Cuando Ames| KOOKJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora