LIA - 2

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Todo el mundo ya está gozando de Farenjet, la delincuencia ya es nula, los niños son genios, una paz para todos, una hermosa Utopía.

-Buenos días, jefa, ¿ya se retira?-. Le dijo desde la puerta un empleado que pasaba por la oficina de Lia, esta estaba guardando sus cosas en una pequeña caja.

-Sí, César, ya no tengo trabajo-. Le respondió con tono burlón y una pequeña sonrisa, era cierto, ya no tenía trabajo pero era la persona más adinerada del mundo siendo la creadora de Farenjet.

Saliendo de su oficina, se empezó a despedir de todos, uno por uno, desde encargados de limpieza hasta sus amigos y colegas de laboratorio, finalmente tocaba el turno de Evan, americano, dueño de la empresa encargada.

-Buenos días, Evan, vengo a despedirme-. Evan se levanta de su silla para estrecharle la mano.

-Escuché eso, es un gran gesto, agradezco que vengas, así ya no tengo que ir a tu casa a pasarte una noticia

-¿De qué hablas?-.le respondió Lia sentándose.

-Lo que voy a decir es sumamente clasificado, hemos saboteado Farenjet.

-¿Hemos? De que hablas, Evan, no te entiendo.

-Los ricos y poderosos como tú y yo, Lia, pusimos un virus en las dosis que anula Farenjet y va degradando a la persona poco a poco.

Lia se paró de inmediato.

-La meta de Farenjet es la creación de una utopía, libre de enfermedades, mi creación incluso anula el cáncer. ¿Por qué van hacer algo así?-dijo Lia con un creciente todo de frustración.

-Por negocios-le respondió Evan cruzando los dedos acomodándose en su silla -.Vamos a vender la cura y luego vamos a vender a Farenjet en vez de regalarlo como imbéciles.

-¡No pueden hacer eso, va a morir gente!

-Guardias-dijo Evan apretando algo en su mesa, de inmediato entraron dos hombres armados agarrando a Lia de los brazos, su cara lo decía todo, quería matar a Evan.

-Por favor, saquen a la señorita Lia del edificio amablemente.

-Jódanse, yo puedo caminar sola, empujó (o lo que se pueda decir empujar) a los guardias y salió con paso apresurado.

-Tengo que hacer algo-se dijo ella misma mientras miraba a la ciudad desde el parabrisas del taxi, la ciudad, el mundo que con tanto esfuerzo soñó y construyó, no se lo iban a quitar tan fácilmente.

FarenjetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora