"En los Juegos del Hambre no hay vencedores, solo sobrevivientes"
Término la rebelión, Snow y Coin han caído, pero la guerra destrozo Panem y a sus habitantes. Johanna Mason deberá confrontar sus demonios y volver al lugar de sus pesadillas, todo pa...
¡Hola! Bienvenidos a mi primer fanfiction. Mi historia tiene lugar en el universo de la trilogía Los Juegos del Hambre, después de la rebelión del tercer libro, estoy tomando toda la información que Suzanne Collins nos dejo así que si ven algo que no cuadra por favor háganmelo saber. Nuestra protagonista es Johanna Mason, mi chica favorita de toda la saga (después de Katniss), amo su personalidad pateatraseros, su fuerza, su rebeldía y su actitud de que no le importan lo que digan los demás. En la historia ahondaremos en su pasado, su nueva vida tras la guerra, un romance inesperado (pareja poco convencional) y la resistencia del Capitolio para aceptar el nuevo Panem. Esta historia lleva demasiado tiempo atorada en mi cerebro, finalmente la comparto con ustedes con la esperanza de que les guste. Nota importante: Los personajes centrales de esta historia, así como el universo donde se desarrollan no me pertenecen, sino a la asombrosa Suzanne Collins, yo solo juego un poquito con los espacios en blanco que nos dejo.
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Annie permanecía recostada en el asiento, con la cabeza apoyada sobre las piernas de Johanna, tenía los ojos cerrados, pero su cuerpo lucia tan rígido que nadie podría pensar que dormía, de vez en cuando abría los ojos y Johanna le dirigía una sonrisa que pretendía ser tranquilzadora, o al menos así lo hizo durante la primera hora, pero sus propios temores la inundaban y lo mas que alcanzaba hacer era una mueca nerviosa que provocaba que Annie cerrará los ojos con más fuerza. Después de varios intentos, Johanna se rindió y cada vez que sentía la mirada de Annie clavada en ella, permanecía observando el paisaje que corría alrededor del tren, conformándose con darle a su mano un ligero apretón.
Tal vez eso no le transmitía la calma que necesitaba pero era su forma de decirle que estaban juntas en esto, después de todo experimentaban la misma ansiedad, viajaban en un tren casi idéntico al que por tantos años habían usado para ir a los juegos, como tributos, como mentores, como bestias de circo. "Bastardos insensibles" pensó Johanna al ver la expresión de terror que provoco en Annie la visión del tren en el anden.
Habían estado viajando casi dieciocho horas y Johanna ya podía distinguir el cambio en el paisaje, lucia menos seco y los árboles eran cada vez más altos y espesos, incluso en el color de las piedras se distinguía un cambio, aunque posiblemente solo Johanna podía ver tan sutiles transformaciones. El Distrito 7 estaba a menos de una hora de camino y ella casi prefería que el tren se dirigiera a otros Juegos del Hambre.
"¿Cuándo te volviste una cobarde de mierda?, contrólate, eres una asesina, una vencedora" se gritaba mentalmente Johanna, con la esperanza de que la auto humillación la reforzara. Pero de poco servia, su único impulso para seguir adelante y no saltar por la ventana del tren en movimiento, permanecía recostada en sus piernas, la última pieza de su familia, un retrato de lo que los Juegos del Hambre y posteriormente la guerra destruyeron, la personificación de la masacre a la inocencia y la bondad, Annie. Desde que la conocía Finnick se había propuesto mantenerla a salvo, más tarde cuando se enamoro de ella tenía la inútil esperanza de que también fuera feliz. Se aseguró de cumplir su primer objetivo: manteniéndola viva en los Juegos, cuidando de ella después de estos, luchando hasta la muerte en una guerra que parecía imposible de ganar y ahora, sembrando en ella la única cosa que podía mantenerla viva cuando el se fuera: sus vidas fusionadas en una nueva.
