II. Intrusos.

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Hola.. regresó con el segundo capítulo de esta historia.
Johanna no soporta estar en sus Distrito ¿por qué será? Y llegan viejos conocidos al Distrito ¿como reaccionara la vencedora? Una oportunidad para sacar lo mejor o lo peor de ella.
Sin mas que decir, que lo disfruten nos leemos al final del capítulo.
Nota importante: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son producto de la privilegiada imaginación de Suzanne Collins, yo solo los tomo prestados un ratito para inventarme cuentos.
- JoWaters

Luego de dos meses las vencedoras, comenzaban a costumbrarse a su nueva vida, incluso se ocuparon en darle a su casa un toque más hogareño

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Luego de dos meses las vencedoras, comenzaban a costumbrarse a su nueva vida, incluso se ocuparon en darle a su casa un toque más hogareño. Johana se resistió al principio, pero termino cediendo ante los ruegos de Annie, incluso dio unas sugerencias cuando noto la pequeña sonrisa que le ocasionaba un simple cambio de cortinas a la futura madre. Solo por ella, habia pasado varias tardes pintando paredes, colgando cuadros y retratos, consiguiendo flores frescas para los floreros "enserio, ¿cuantos floreros tenía Annie? " y cambiando los muebles de lugar.

Ayudó e hizo todos los cambios que la ojiverde le pidió pero sus protestas y expresiones de fastidio no se detuvieron; tras perder a su familia Johanna tenia una aversion a introducir elementos íntimos a su casa y por ello todos los días entraba temerosa de la nueva idea que Annie tendría para "mejorar su hogar", si hubiera dependido de ella la habría dejado tal y como se las entregaron, la única evidencia de que alguien vivía allí seria la ropa en el armario y la comida en el refrigerador.

Johanna había decidido que seria demasiado obligarse a vivir en su antiguo hogar, la casa que compartió con su familia, como  si vivir en su Distrito no fuera suficiente tortura, así que se habían instalado en la casa que le habían asignado a Annie, justo a un lado de la suya. Una parte de si misma reconocía que era una estupidez, puesto que todas las casas eran iguales, pero encontraba más soportable el dia a dia sabiendo que no era las mismas paredes, ni los mismos muebles.

Era evidente que la chica del Distrito 4 estaba mejorando a pasos cortos, aun habia momentos en los que las emociones la desbordaban, pero desde que habían llegado sus crisis no eran tan violentas y aunque de vez en cuando se exaltaba, le entraba un llanto repentino o se ausentaba de la realidad, Johanna con un par de toques, suaves palabras y mucha paciencia la traía de vuelta.

Para la taladora la historia era muy diferente, estaba segura que le quedaban solo unos meses de cordura, estaba constantemente irritada e inquieta, para calmarse comenzo a hacer unos breves paseos al bosque, pero al paso de los días su turbación era tal que las excursiones se hicieron mas largas y necesarias. Ahora huía al bosque por un par de horas casi todos los dìas.

—regreso en un rato Annie— grito Johana con la hacha en la mano y un pie en la puerta.
—esta bien— le respondió Annie desde el estudio, aunque no sabia a donde se dirigía puesto que nunca le daba explicaciones y ella jamás se las pedía, hacia deducciones según el tiempo que tardaba y si traía o no algo a su vuelta. Se dirigió a la cocina para preparar café y galletas para las visitas, no es que hubiera invitado a nadie pero después de varias semanas de rutina se había dado cuenta que "casualmente" cuando Johanna salía con dirección al bosque, al pueblo o donde sea que fuera, alguno de los habitantes del Distrito la visitaba y se quedaba platicando con ella u ofreciéndose a ayudarla hasta que llegaba Johanna. Los visitantes no variaban mucho, una señora mayor llamada Rosie que le estaba enseñando a tejer, Charlie un chico muy divertido que rondaba los veintes, Flyn una mujer muy tímida solo unos años mayor que ella, y un señor de cuarenta y tantos que insistía lo llamara Roble.

 Vencedora o vencida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora