|| Parte

11 0 0
                                    

. X


— El sujeto superó el tratamiento de forma efectiva. Proceso de transformación en un 70% —doy un pequeño vistazo a la cápsula que hay frente a mí, el cuerpo del sujeto era apenas visible, luego veo a mi superior y hago un leve asentimiento para salir de ahí.

Ya con este estaban completos.

Camino por el pasillo sin prisa, a los lados, las diferentes salas de experimentación se amontonan. Todos eran animales, aún con sus transformaciones podían matarse por un pedazo de carne, movían la cola como perros obedientes cuando se les premiaba y siempre competían para saber quién era el mejor. Asqueroso. Harían lo que sea por agradar a sus dueños...

Doblo por el pasillo y veo la enorme puerta negra, pocos sabían lo que había detrás, me había encargado de ello. La abro y me interno en la oscuridad para ver a mis propios perros.





. Sánchez


Había viajado por todo el mundo.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero recordaba perfectamente el olor salado del mar, la ligera lluvia de las selvas tropicales, el frío de la nieve y mi boca seca en el desierto.

Recordaba todas esas sensaciones y aún así... no tenía ninguna imagen que las corroborara.

No sabía lo que estaba pasando, sólo me sentía como si estuviese flotando en el espacio. No tengo nada que me ate a mi existencia, nada que me detenga, así que me dejo llevar.

Sabía que no había sentido tanta paz en mucho tiempo, aunque no recuerdo el porqué.

El tiempo me parece infinito pero agradable, sin ningún dolor que atenazara mi cuerpo y persiguiera mi mente, no me gustaría estar en otro lugar que no fuera este.

Es mi último pensamiento antes de que mi mundo imaginario se derrumbe. En un segundo siento toda la angustia y dolor que me han amenazado toda mi vida, pero no dura más que eso. Las sirenas y los gritos se apoderan de mis oídos, el caos se escucha por todo lado.

Sin más, despierto.





. H


No sé qué es lo que pasa.

En un momento mi mami está frente a mí con una sonrisa radiante y al siguiente la vida sale de sus ojos. Cae. Su cuerpo inerte cubre el mío, pesado, asfixiante, las lágrimas se acumulan en mis ojos pero no siento nada, no soy consciente de lo que pasa. Asomo la cabeza por un costado del cuerpo de mi madre y veo impasible el caos a mi alrededor, las otras especies muertas, masacrados en cuestión de segundos.

Mis piernas me dicen que corra pero no soy capaz de moverme ni un ápice de mi lugar en el suelo, no veo a los atacantes hasta que uno toma forma frente a mi. Era muy alto y de piel bronceada, se acerca a mí con una sonrisa de suficiencia y me preparo para morir, sin embargo lo que hace es tomar el cuerpo de mi madre y lanzarlo lejos, como si fuese tan liviano como una pluma, me siento repentinamente aliviado de tenerla lejos y el extraño se agacha frente a mi con una mano extendida, me quedo un momento mirando sus ojos que relucían en un azul eléctrico, estaba seguro de que lo había visto antes, hacía ya mucho tiempo... pero él había desaparecido ¿No? Él y los otros.

Me incorporo de forma monótona y tomo su mano, es bastante suave aunque está manchada de sangre. Me guía a la puerta y me apresuro a seguir sus grandes pasos, en el pasillo veo al resto, cada uno con niños como de mi edad, todos de especies diferentes. Algunos estaban llorando, pero yo no podía.

Nos quedamos esperando, pero ¿a qué? Ladeo la cabeza sopesando las posibilidades pero no es hasta que dobla en el pasillo que no lo entiendo, esto no había sido al azar, esperaban la siguiente orden.

Experimento 235Donde viven las historias. Descúbrelo ahora