.6 Gröner

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Camino en busca de un agua, había caminado toda la noche y era hora de descansar. Me preocupaba Sánchez, no estaba seguro de qué le estaba pasando y mucho menos de cuánto más iba a poder sobrevivir, mi única esperanza era encontrar la base de nuestra organización pero esta era inrastreable hasta para mi. O cualquiera de los seres que habíamos salido de allí.

Me detengo un momento cuando siento los latidos de Sánchez desacelerarse y mi respiración se va por un momento, no podía dejar que pasara, sea como sea él no era sólo un omega, en otra vida, Sánchez había sido mi...

Aparece antes de que pueda hacer nada, no puedo dar crédito a mis ojos, era imposible, ambos nos quedamos paralizados en el momento en que nos encontramos pero no me posiciono para atacar así a como él lo hace, todo queda olvidado al fondo de mi mente cuando intento darle una explicación a esta situación.

— Thompson —digo con una emoción creciente, pensé que había muerto en la batalla, inmediatamente su expresión se relaja y una pequeña sonrisa aparece en su rostro.

— Alfa Gröner —avanza hacia mí y sin más me abraza, la alegría inunda mi pecho pero mis ojos logran captar una cicatriz detrás de su oreja, la simulación de una hoja pero no de plata, como el dije que aún conservaba en mi bolsillo, sino imperfecta, como si la hubieran hecho de prisa, ninguno de los omegas tenía esa cicatriz antes. Cuando nos separamos la sonrisa en mi rostro es calculada y agudizo mis sentidos a cualquier cosa que me sirva de alerta.

El silencio se instala entre nosotras cuando nos separamos, podía escuchar el susurro del viento contra los árboles, la luz vespertina aclarando nuestro al rededor. Los latidos de mi corazón se aceleran cuando veo la sonrisa hambrienta que se posa en el rostro de Thompson, él ya no era mi omega.


—  Los hemos estado buscando, lo entendimos de Sánchez, él estaba a mi lado cuando nos atacaron, vió que estábamos perdiendo y se fué, cualquiera de nosotros habría hecho luego de ver a nuestro alfa corriendo como un cobarde —a la mención de Sánchez mi máscara de indiferencia cae, lo había olvidado por completo. Sus palabras son una bofetada en mi cara y noto ahora que los latidos de Sánchez apenas son distinguibles.

—  Oh alfa... —la ira en sus ojos es evidente, su sonrisa ahora era una mueca de desprecio— ya no hay nada que usted pueda hacer.

No lo pienso un momento más y salgo corriendo, debía encontrar a Sánchez, no podía dejar que ellos lo encontraran y lo convirtieran en lo que sea que eran ellos ahora. 

Experimento 235Donde viven las historias. Descúbrelo ahora