Cap.5 Más dolor.

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Desearía regresar a secundaría, la preparatoria no era lo mío cómo empecé a vestir como chico y tenía mi corte de chico se burlaron de mi, trataron de rebajarme pero no me deje, cuando me insultaban les respondida con la cruel verdad. Aún recuerdo el rostro lloroso de una chica al decirle sus verdades y todo por qué me quería obligar a ir por su comida, se fue y jamás me molesto al igual que el resto del salón, era el único que no tenía amigos. Pero no quedo hay pues se seguían burlando de mi, un día que no fui a la escuela por que realmente ya no quería me puse a llorar pues la historia que viví en primaria se repetía, le mandé un mensaje a una vieja amiga de secundaría diciéndole que no soportaría más y después de unos minutos de haberle mandado el mensaje tocaron la puerta y cuando abrí no pude evitar llorar pues ahí estaban ellas.
-Siempre estaremos para ti- dijeron las dos.
Pasamos unas horas afuera de mi casa y luego ellas se fueron pues le habían mentido a sus padres para venir a verme. Entré a mi cuarto ya más calmado y feliz pues recordé los viejos tiempos con ellas.
Me salí de la prepa en la que estaba por que “ya no quería estudiar”. Perdí un año por mi debilidad ante los problemas, por no hablar con nadie, me ahogue en un mar de problemas y todo por no querer causarle problemas a los demás, pero los demás también tienen algo de culpa pues nunca me preguntaron si estaba bien merecía algo de atención ya que yo les daba atención cuando la necesitaban aún si me la pudieran o no, ¿Por qué nadie se dio cuenta de mi dolor?, ¿Por qué nunca le dije a nadie?.
Mi dolor se fue acumulando pues desde que papá volvió las cosas empeoraron, no tenía trabajo y no hacía nada en la casa mientras que mi madre se partía el lomo para darnos de comer, mi padre se la pasaba quejándose de todo en especial de mi, que no hacía nada bien, que si no tenía ganas de hacerlo que no lo hiciera, que por qué era tan tonta. El no tenía ningún derecho de decir tales cosas, se la pasaba tomando y enojado con mi madre pues mi mamá le pedía que dejará de tomar, cuando mi hermano y yo dejamos la escuela nos pusimos a trabajar mejor nosotros llevábamos dinero que ese holgazán al que le decía padre.
Todo el año que estuve sin estudiar cree algunas personalidades para ciertas ocasiones, esto se salió de mis manos pues a la semana ya tenía alrededor de 10 personalidades nuevas, empeore mi situación yo solo me puse la soga al cuello. Y aún seguía hundido en depresión, a pesar de que mi familia me dio todo, me apoyo y me dio su amor, sentía un vacío en mi corazón que no podía llenar con nada más que con imaginación. Cuando comencé a dibujar muñecos sin miembros (brazos, piernas, etc.) sentía tanta satisfacción que no paraba de dibujar y darles nombres. Un día se agotó esa imaginación me abandono y solo me quedé con aquellos pocos que hice y los pegue en la pared de mi cuarto, luego nos mudamos de nuevo. Una casa rentada es como si mis padres me alejaran del mal para llevarme a un sitio peor. Volví a la escuela pues mis padres no querían que me quedara solo con la secundaría pues en esta vida ningún trabajó te acepta con la secundaría pero yo no tenía ninguna aspiración para seguir, entre por entrar y el primer semestre me fui a 4 extras, mi madre se molestó mucho y yo volví a mi depresión pues me llegue a sentir tan inútil que no salía de mi cuarto para nada. Mis amigos se preocuparon y trataron de ayudarme pero me volví muy violento y aleje a los pocos que se preocupaban por mi; parecía como un perro de la calle que muerde a todos cuando tratan de ayudarlo, mi saco de depresión se hacía cada vez más grande y me comía lentamente. Muchos dirían que me veía realmente feliz pero cruelmente no, mi amigos dirían que soy muy efusivo y alegre pero al llegar a mi casa mi quitaba aquella máscara e iba a mi cuarto a recostarme y pensar, pensar como lo haría.

Mi suicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora