PORQUE TE AMO (Miracolous)

Capítulo 2

-Señorita, señorita- gritaba en el jardín desesperada una rubia de ojos azules- donde se habra metido ahora- murmuro.
-Señorita salga porfavor tiene que practicar, si su padre llegá y no esta se va molestar- volvio a gritar
-No esta y ahora que hacemos- le preguntó otra joven con evidente miedo.
Mientras estas buscaban a su señorita una bella joven de ojos cielo y cabello azabache se escabullia fuera de la gran casa con una capa azul que se arastraba más abajo de su vestido; caminó lejos de la misma, hasta llegar a un hermoso río que se perdía en el horizonte de "Miracolous"; como se llamaba la gran propiedad.

Aquí esta hermosa joven solia venir a pensar y relajarse , hace como un año que venia a ese sitio desde cuando regreso pues su padre la envió a estudiar fuera en un internado.

Sacandose la gran capa se sentó a la orilla del río dejando así ver su hermosa cabellera algo despeinada, con su mano tocaba el agua provocando unas ondas en el que se podia ver su reflejo mientras que recuerdos vinierón a su mente, recordaba que su padre se molestaba ya que no le agradaba el hecho de que estubiera sola en ese sitio, pero igual ese era su lugar favorito, un lugar donde encontraba toda la paz necesitaba, un lugar que le daba felicidad; la que se le fue arrebatada por culpa de...

-Marinette señorita-escucho tras de ella oblidgandola a salir de sus ensoñaciones-que alivio al fin la encuentro señorita-suspiro alivia una de las jovenes.
-Rose-pronunció algo sorprendida la joven-Mylén-dijo al percatarse de la otra mujer.
-Señorita Marinette debe regresar de prisa-habló Mylén-su padre no tarda en llegar y aún tiene que practicar el piano.
-Su señor padre antes de irse a la reunión con el rey dejó ordenes de que practicara el piano puesto que hoy iba a llegar una visita especial.
Eso ya lo sabía; pero ella se entero por su cuenta, no porque su padre le allá dicho algo sino más bien lo supo al ver el sello real de la carta que por accidente su padre había olvidado en la mesa de la gran biblioteca; es más si fuera por las dos damas de compañia que siempre andan atráz de ella probablemente olvidaria que tiene padre, pero lo que no sabía era de quien se trataba la visita lo unico que estaba claro es que su padre pretendia que tocara el piano puesto a que no se le daba para nada mal.
-Esta bien-suspiro cansada tratando de recoger su capa que como siempre sus damas no le permitierón ya que Rose se le adelanto tomando en sus manos la gran tela-gracias- músito decaída comenzando a caminar a la casa

Ya dentro de la misma se dirigió a la biblioteca un gran salón con muchos libros,cinco muebles blancos floreados con filos dorados decoraban la estancia junto con unas grandes sillas alado de las ventanas y al fondo un hermoso piano clásico negro. Caminando hacia el mismo se sento dispuesta a practicar

-Marinette vine por tí-gritó...

-Alya-exclamó la joven Dupain-que haces aquí-preguntó.
-Como que, qué hago aquí; ya que tu no te dignas en visitarme pues me toca venir a mí-habló un poco molesta la castaña.
Marinette simplemente suspiro,Alya era quien se habia convertido en su mejor amiga en el poco tiempo que llevaba en Francia despúes de regresar del internado en Italía,no conocía a nadie puesto que su padre no le dejaba salir más de lo normal ya que según Tom no era correcto salir puesto a que no estaba presentada ante la sociedad.
La familia Cesaire y la Dupain eran vesinas; motivo por el cual conoció a Alya su unica amiga.
-Sabes que no puedo visitarte sin el permiso de padre.
-Sí;ya lo sé la excusa de siempre-Alya se sentó en uno de los muebles-pero cuentame que has hecho en mi ausencia.
Alya y su familia habían salido de viaje hace una semana al corazón de Francia o mejor dicho París central por lo que no se habían visto.
-Lo de siempre practicar piano, bordar; ordenar la casa;leer-dijo desanimada
-Ha vuelto a el pequeño río verdad-preguntó a las damas de Marinette.
Estas solo sonrierón y mantuvierón la cabeza baja.
-Me conoces también-la azabache solto una pequeña risa-Rose;Mylén mi padre no está así que adélante-dijo señalando las sillas, invitandolas a sentarse.
Ellas solo se limitarón a negar con la cabeza, mientras que Marinette suspiró, no iban a aceptar puesto a que era incorrecto en la sociedad, aunque Marinette no opinara lo mismo.
-Mejor dime que tal estuvo tu viaje-pregunto la azabache sentada frente al piano
-Bueno veras ,primero me encontre a la señorita Cloe-adopto una pose señorial y un tono de voz risueño- la muy engreída le gritaba a todo el que se le pasara por el frente-hablò con desdén la morena-y aún así tiene muchos pretendientes, la otra vez rechazó de muy mala forma al señor Nathaniel y eso que es uno de los hombres más ricos de todo París,según ella dice que se merece màs porque es toda una reina-concluyo en un tono sarcástico la Cesaire

Marinette no conocía a Cloe pero lo que había escuchado por su padre;sus damas y Alya, era una persona mezquina, orgullosa y engreída.
-Ahora que estamos hablando de reínas,al parecer alguién esta buscando una-sonrió ladina la morena-y ese alguién es nada más y nada menos que el rey.
-El rey-exclamó Marinette mientras empezaba a tocar una melodía muy suave en el piano, fingiendo interes la volteo a ver ya que a ella no le interesaba si el rey estaba casado o no.
-Sí el rey de Francia y adivina quién está más que predispuesta para ese puesto.
-Pues no lo se, tú talvez-se mofó.
-Que buen sentido del humor tienes Dupain-se rió Alya-claró que no,la que está apurada es lady presumida-ante la mirada incrédula de la joven que seguia tocando el piano dijo-Cloe quien más,pero creo que se va a quedar con las ganas porque cuando el rey vea a la joven más bella de París caerá rendido a sus pies
-Enserio,quién-pregunto mientras tocaba las teclas.
-Tú-se escucho el desafinado sonido del piano-Marinette casi me dejas sorda.
-Yo, no se de que hablas si no tengo nada en especial.
-Hay niña siempre tan pesimista.
-Soy realista Alya
-Bueno aparte el rey es un caballero en toda la extención de la palabra.-dijo Alya levantandose del mueble y acercandose al piano-Que bien tocas Marinette.
-Gracias, las religiosas nos hacían practicar todos los días-contó recordando su vida en aquel internado.
El lugar donde vivió casi toda su vida, por lo que podia hablar italiano a la perfección.