Pájaros de papel | OT 2017•OT 2018

Tarde

Ana está en la comisaría, ya son más de las cinco y su hija no ha llegado.

Le ha pedido que se pase para que compre la cena, ya que Mimi no puede hacerlo hoy.

La chiquilla llega a las seis y cinco y finalmente, cuando entra por la puerta, su jefa le pide a uno de los agentes que lleve a la chica de siempre al calabozo, que ahora vendría su hermano a buscarla como de costumbre.

- Hola mamá- dice Marta dándole un fuerte abrazo a su madre.

- Qué tal hija- contesta ella acariciándole el pelo.

- Estoy cansadisima- confiesa la menor.

- Bueno, pues vas a tener que ir a comprar tú la cena, amor- le comunica su madre con ternura.

- ¿Y no puede ir mamá?

- No, Mimi está trabajando- dice su madre dirigiéndose a su mesa.

- ¿Y no puedo cenar con Ago y Natalia?- pregunta desganada.

- Hoy es viernes, y ya sabes que Ago sale, y si él sale, Natalia también.

- Inspectora Guerra puede acompañar a la señorita María a su calabozo personal, Méndez está en el baño -dice uno de los guardias.

- Estoy en mi rato libre.. pero está bien- contesta la canaria acercándose a la chica, que está de espaldas mirando por la ventana- ¿otra vez aquí María?

- Hombree, cuanto tiempo Ana War- dice la rubia girándose con una sonrisa.

A Marta ya le sonaba de espaldas, pero una vez se da la vuelta del todo la identifica perfectamente.

Es la chica del campamento musical, la que había ido obligada y que tan bien cantaba.

Es María.

Marta no puede hacer otra cosa que quedarse de piedra esperando que no la reconozca.

Pero lo hace.

- Pero si es la chica aquella- dice la rubia mientras Ana la lleva hacia el interior de la comisaría- Estás guapísima.

Lo último lo dice gritando, haciendo que toda la comisaría mire a Marta con los ojos como platos.

- Que puta vergüenza- musita ella.

Aitana está harta de tener que discutir con su hijo Carlos por todo, pero él no le pone nada fácil la calma.

- A ver hijo mío- empieza la del flequillo- si te meto en un internado todo el verano no es para que te pasen hachís y te pongas a fumar porros en los baños.

- Mama de eso ya hemos hablado eh- dice él sentado en el sofá.

- Mira Carlos es que esto no puede ser- dice ella alterada- yo intento no enfadarme contigo, de verdad, pero es que cada vez que abres la boca es para criticarme a mí y a Nerea joder.

- A lo mejor es que me jode que estés con ella y no con papá- dice el chico levantándose y mirando a su madre fijamente.

- A ver, yo te voy a dejar las cosas muy claras- dice ella intentando contener los nervios- yo quiero a Nerea y estoy casada con ella, yo no quiero a Luís y estoy divorciada de él ¿entiendes?

- Es que además su hija es imbécil- explica Carlos.

- Igual el imbécil eres tú cariño.