Canela en rama

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María suele tener problemas con la ley, y eso no es muy bueno que digamos pero a Sabela le pone.

Hoy han salido de fiesta, a la discoteca de la fiesta de Halloween y María está recién salida del cuartel. Su hermano Miki está haciendo todo lo posible para que sus padres no se enteren, pero sabe que si sigue así, poco durará.

Sabela, es la novia de Miki y algo así como la mejor amiga de María, pero para ella, las mejores amigas tienen derecho a otras cosas.

Ambas acaban de llegar a la fiesta. Al adentrarse, buscan rápidamente a Miki y a Carlos, pero no hay ni rastro.

Sabela decide acercarse a la barra a pedir algo de alcohol, que a ella, por extrañas circunstancias sí que le venden.

Pide un par de birras y se sienta en una silla apartada de la zona de concierto.

Allí, ve a un grupo de gente rodeando algo, o más bien a alguien, pero espera a tomarse una cerveza más para ir a ver qué pasa.

Cuando se adentra en el circulo ve a una chica subida sobre una mesa, bailando y quitándose el vestido blanco que lleva.

Esa chica es Marilia.

Ha bebido demasiado y se ha tomado una pastilla, algo que cualquiera de sus dos hermanos no le perdonaría nunca.

De golpe siente que alguien la coge en brazos y se desorienta, si ella es sincera, a partir de ese momento no recuerda nada de nada.

- Ay perdona- dice Marta girándose al momento al sentir que ha chocado con alguien.

- Cuanto tiempo Martita- ese alguien, no puede ser otro que María, o como le gusta llamarla "aquella chica del campamento".

- Anda- dice Marta intentando no perder los nervios- Tú eres.. ¿María?

- La misma- dice la rubia con una sonrisa- tomamos algo o me vas a dar plantón.

Ambas esbozan una sonrisa.

- Vale, pero nada fuerte- dice la malagueña.

- Tranqui que yo solo bebo birras- dice la chica cogiendo de la mano a la otra y acercándose a la barra.

"Como voy a estar tranqui si tengo a la tía de campas a mi lado" piensa Marta constantemente.

- Toma- dice María dándole una birra a la morena.

- Gracias- dice la otra algo incómoda.

María fija su vista en las puertas de los baños.

- Hostia pero si están el broder y el primico- dice la madrileña dejando la birra.

- Anda, ¿ese es tu primo?- pregunta Marta intrigada.

- Sí, ha venido de no sé donde para no sé qué- dice la rubia mirando fijamente.

De un momento para otro María abre tanto la boca que parece que se le va a caer la mandíbula.

- ¿Qué pasa?- dice Marta asustada.

- Que se están magreando- suelta María mientras deja escapar alguna carcajada.

- Cómo se van a estar magreando, si son primos- dice la morena intentando verles.

- Que mírales si se están tocando todo- dice María sorprendida.

Damion y Miki entran en el baño, y como no, María y Marta van detrás.

Abren la puerta del baño de caballeros y los dos jóvenes se separan.

- Hombre- dice la madrileña riendo- primo qué tal va la vida en España.

- ¿Primo?- pregunta Miki confuso.

- Primo- repite María descojonándose- bueno, ya veo que os conocéis.

- Sí..- dice Damion sin entender la situación- ¿Qué pasa?

- Ah nada nada, seguid a lo vuestro es que hay un dato sin importancia que no sabéis..- dice la chica desternillandose.

- ¿Cuál?- pregunta Damion confuso.

- Verás Doraemon- dice María- te estabas liando con mi hermano, osea con tu...

Ambos chicos se miran.

- ¿Primo?- dicen ambos mirándose perplejos.

- Bingo- dice la madrileña alejándose de ellos- ale, os dejo que sigáis comiéndoos la boca.

Se da la vuelta.

- Ay Martuki que no me acordaba de que estabas aquí- dice la rubia- vamos reina vamos.

Cuando la puerta se cierra, Miki y Damion no son capaces de mirarse a la cara.

- ¿Qué hacemos ahora?- pregunta Miki acercándose a su primo.

- No lo sé- responde el otro mirando hacia el suelo.

- Bueno...- dice Miki meloso- ahora mismo los dos vamos borrachos.. podemos acabar lo que empezamos..

- ¿Qué?- dice Damion sorprendido.

- Que mañana no nos acordaremos de nada- dice el catalán acariciándole la nuca a su amigo.

Y por desgracia a la mañana siguiente sí se acordaron.
Y por desgracia también acabaron en la casa de Miki, es decir, en la de sus tíos.
Y por mayor desgracia aún Sabela y Marilia también.

- Mhhhhhm- musitaba Marilia mientras se retorcía por sus sábanas.

- Pibita, despierta ya que ya es tarde- susurra Sabela en un chillido más bien.

Marilia abre los ojos, y al encontrarse con los de Sabela se asusta.

- Ay ay ay ¿qué pasó?- pregunta Marilia levantándose de un salto de la cama.

- Pues que te tajaste mucho, niña- le explica la gallega- que no tienes edad.

- Pero madre mía- dice la menor nerviosa- y qué haces tú aquí.

- Te "rescaté"- dice Sabela sentándose en la cama- estabas tan borracha que no sabías ni lo que hacías bonita.

- Pero cómo entraste aquí- pregunta Marilia.

- La puerta estaba abierta- dice la morena incorporándose de nuevo- y venga chica que me tengo que ir a mi casa.

- ¿Y?- pregunta la rubia.

- Como que '¿y?'- dice la gallega- ¿quieres que tu hermano vea a su novia salir de tu habitación?

- NO- responde de un grito Marilia.

- Pues entonces ya me estás ayudando a salir- dice Sabela agarrando su chupa de cuero.

Marilia se levanta de golpe y le abre la puerta a Sabela.

Pájaros de papel | OT 2017•OT 2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora