—¿Te gusta?
—Amor, es precioso. —dice Mariana con ojos brillantes.
Ambos le echan el último vistazo al departamento con grandes ventanas, piso de madera y paredes color pastel. Y deciden tenerlo para ellos.
—Espero se sientan cómodos con su nuevo hogar, felicidades.
Dice la agente y se retira rápidamente del lugar.
Al cerrar la puerta sus miradas se encuentran llenas de alegría, se acercan y hunden sus labios para así darse un largo y delicado beso.
—Quiero estrenar nuestro nuevo refugio.
Habla Samuel con ojos ardientes.
—¿Y qué tienes en mente? —Mariana también lo desea.
Él sonríe con cierto nivel de morbo y ella le corresponde. Entre los besos, Samuel desabrocha los Jeans de su novia y despeja sus lindas y gruesas piernas.
Baja lentamente y le da un beso rápido en su sexo, es más como una caricia. Observa la reacción de ella y le pide más, vuelve a besar pero esta vez con más intensidad.
—No pares.
Ella suena muy excitada.
Pasa su lengua por la depilada vagina y hace círculos alrededor del clítoris. Mariana lo toma por su cabeza haciendo que no se despegue de ella. Sus piernas tiemblan y su presión sanguínea se altera con rapidez.
—Te quiero adentro de mí.
Samuel de coloca de pie como una bala disparada y libera su miembro masculino erecto. La empuja contra el nuevo sofá y salta sobre ella uniendo sus cuerpos como si fueran uno solo.
—Te amo. —dice el novio y la besa.
Es allí cuando introduce su pene y ella agoniza. Explora su cuerpo desde adentro mientras acelera el paso con un coito desenfrenado.
Los dos llegan al clímax que tanto deseaban, sudados y agotados de tal actividad sexual que desde el inicio de su relación los unió.
—
Al otro lado de la ciudad se encuentra Christian.
Esta en un bus en dirección a Hayes Valley, el centro de la ciudad y a donde quieren llegar por un mejor futuro. Sus compañeros de habitación le propusieron abandonar San Francisco y rehacer su vida en un mejor lugar.
—Debemos trabajar, así sea lavando inodoros en McDonald's.
Habla Sarah algo preocupada.
—No te angusties, seguro encontraremos que hacer. —dice Jonny.
—Deberíamos bailar.
La idea de Christian deja a todos perplejos.
—¿Y eso como nos dará dinero? —duda Sarah.
—Oh vamos, siempre que íbamos a fiestas todos nos admiraban. —rie— Llevamos el HipHop en la sangre.
De pronto a todos se les enciende el bombillo sobre sus cabezas. Era el trabajo perfecto para ellos, era un espectáculo que querían lograr, era toda la atención que quería y así fue como toda esta historia comienza.
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EXTRAS DE CDP ©
Cerita PendekCOMPAÑEROS DE PISSO - EXTRAS. Samuel, Mariana y Christian se han convertido su relación en algo más que una simple amistad. Llegando al punto de experimentar sus actos sexuales como nunca lo habían imaginado. Estas escenas EXTRAS son revividas de e...