11. Él lee la carta

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Me quedé de ver con Frank en la azotea de la escuela para darle la carta. Él la leyó cuidadosamente mientras comía una manzana. Cuando terminó, esbozó una sonrisa y me abrazó. Oh por Dios. Frank me dio un abrazo. Me sentí muy feliz, muy dichosa, si un abrazo como ese iba a ser mi recompensa, definitivamente iba a continuar ayudándolo. Ni más faltaba.

Nadie se enamoraría de la gordita [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora