Villanos

lesionado

Maléfica prestó atención a la poción que estaba haciendo. Pensó en esas pequeñas criaturas y se preguntó qué era exactamente lo que esta isla tenía para defenderse. ¿Qué estaba haciendo Merlín? ¿Estaba realmente muerto? ¿Qué eran esas criaturas? La bruja miró a su amigo y suspiró. Él no estaba mejorando. Ella fue lo suficientemente cuidadosa para establecer un pequeño campamento, para que él pudiera descansar un poco, pero ella estaba empezando a cuestionar si quedarse allí era el mejor movimiento. Se movió para ponerse de pie y caminó hacia él, que estaba acostado en una cama improvisada que ella creó.

"Bebe esto". Maléfica dijo, le ofreció la poción. Fue un antídoto que aprendió a preparar hace años. El hombre lo bebió sin quejarse. Tenía un sabor terrible.

"¿Qué demonios es esto?" Preguntó Diablo en tono ronco, disgustado.

"Te hará sentir mejor, así que no seas un niño". La bruja reprendió, rodando los ojos.

Diablo dejó escapar un suspiro de cansancio. "Bueno, al menos no estoy muerto". Señaló.

"No morirás. Lo tengo manejado, no te preocupes". Maléfica prometió, acercándose para ver su herida.

Se veía mejor que unas pocas horas antes, pero el corte aún era profundo y las venas cercanas aún eran grises.

"Puede que tengas que beberlo por un tiempo, sin embargo". Ella añadió exhalando. Diablo no parecía contento, pero asintió de todos modos.

"Puedo lidiar con eso." El hombre murmuró. Después de un rato, comenzó a parpadear pesadamente. Se sentía como si estuviera luchando contra una terrible gripe, y Maléfica pareció notarlo. Sonriendo, rápidamente conjuró una almohada y se la dio a él

"Descansa Me encargaré de todo". Ella prometió.

Regina se quedó en el suelo por un rato. No fue hasta que se sintió más tranquila que decidió hacer algo. No ayudaría si volviera al grupo de forma alegre. Momentos más tarde, sin embargo, pensó que era hora de volver. No podía dejarlos solos con Ursula y Cruella controlando a Rumple justo al lado de ellos.
Volviendo al valle, se encontró mirando el lago. Solo había un problema: ya no estaban allí. No pueden simplemente desaparecer ...
"¿a dónde fueron? "Se susurró a sí misma, frunciendo el ceño. Caminó por el camino rocoso y de repente sintió que un escalofrío le recorría la espalda.
Magia.
La cara de Regia se oscureció al instante. Un leve golpe de el miedo la invadió momentáneamente, pero fue rápidamente reemplazado por la frustración.

"Mataré ese pez". Murmuró secamente. Regina cerró los ojos para concentrarse. Reconoció esta magia: gritaba Dark One. Rumplestiltiskin había estado allí y, por cierto Sentía que él había hecho algo grande. Su corazón se hundió cuando pensó en Robin y la abuela. ¿Qué hay de Snow? Ella prometió que protegería al bebé "Necesito encontrarlos" dijo, mirando alrededor desesperadamente. Respirando profundamente para calmarse, Regina comenzó a caminar. "Bien, seguiré la pista de Rumple. Me llevará a ellos. "Murmuró, comenzando su búsqueda. Aproximadamente media hora más tarde, vio algunas marcas en el suelo. Se agachó y examinó unos pequeños círculos rojos. ¿Era sangre? Ella negó con la cabeza Sí, lo fue. "Por favor, no seas de Robin". Ella suplicó. La reina no lo admitiría, pero estaba casi enloqueciendo con esa posibilidad. Ella no podía perder a alguien importante para otra vez. Ella no lo perdería. Regina se puso de pie más determinada que nunca. "Los encontraré. No pueden haber ido tan lejos". Se dijo a sí misma. Dos horas y media. Ese fue el tiempo que ella tomó para encontrarlos. El camino rocoso había terminado hace años, y ahora ella estaba de vuelta en el bosque. Regina se mantuvo escondida lejos, observando lo que estaba pasando. Podía ver que Rumple estaba allí, como ya sabía. Estaba descansando su cabeza en un árbol lejos de los otros y dos personas sentadas junto a la hoguera. La reina supuso que los dos eran Úrsula y Cruella, pero no podía estar segura. Estaba demasiado lejos para hacer cualquier cosa, ella lo sabía. "¿Cómo puedo solucionar esto? No puedo luchar contra Rumple, Ursula y Cruella al mismo tiempo". La reina razonó, frunciendo el ceño. Regina se sentó, evaluando sus posibilidades. Después de un tiempo, decidió que cualquiera que fuera el plan que se le ocurriera, se ejecutaría mucho mejor si descansaba unos minutos antes y usaba ese tiempo para descubrir más cosas.