1,999.

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Momentos sin significado, qué fueron inmensamente quedando plasmados en mi mente.

Pantomimas, caricias con ropa y el lenguaje exacto de nuestras almas.

Sincronizando la melodía definitiva, Con el rose mutuo de nuestros dedos, se crearon diversos universos alternativos.

En uno de ellos hay vida, en mil 999 no.

Cuando tropiezas varias veces con la misma piedra le vas tomando el gusto a caer.  Y aunque no todo fue malo te das cuenta y lo entiendes.

Que un adiós será suficiente para dejar habitable, una tierra inestable e inerte.

Un lugar muerto para ti, pero quizás no para otro viajero de otros tiempos, que llega con nuevas experiencias y con expectativas.

Capaz de volver a fallar mil  999 veces más.

Un poeta en extinciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora