afuera del planeta

340 20 5
                                    


El señor Héctor tenía mucho dinero y fue la primera impresión que me dió el desempacar en la casa vecina a la de él.

–Bien, esta es la casa, fue la primera en la que vinimos a vivir pero bueno, la vida nos permitió comprar la de al lado también. Pueden quedarse el tiempo que necesiten, de hacerlo toda la vida sería un honor  ¿No es así?-le dio una pequeño abrazo a mi padre- y que mejor que tenerlos de vecinos.

–Gracias Héctor de verdad estamos muy agradecidos contigo, nuestra familia está muy feliz de esta nueva etapa que comienza, De la Rosa siempre va permanecer en nuestros corazones.

(Y sí que lo haría)

– Está noche haremos una cena para recibirlos, los esperamos.

Se hicieron las 20:00 de la noche y ya estábamos en la puerta de la casa, era muy hermosa y tenía un cartel que decía "Bienvenido a la residencia De la Rosa" ya ese apellido se había grabado en mi cabeza ja

–Niñas, sean agradables, sonrían y hablen en caso de que quieran saber algo de ustedes, digan por favor y gracias, tam...

–Bienvenidos pasen– interrumpió una bella mujer al abrir la puerta, inconscientemente sonreí y pasamos.

Fue una aburrida noche, no sabía que fuera tan difícil comer un taco sin manchar todo al mi alrededor, lo peor fue cuando manche la remera blanca que traía puesta, mamá me mandó al baño a lavarme.

Cuando fui al baño sentí unos gritos, era la misma voz que nos había recibido y retaba a alguien por llegar tarde, no sé quién era pero salir a comprobar no sirvió de nada, lo único que vi fue una puerta del pasillo cerrarse fuerte.

Cuando volví al comedor ya eran las 22:39 y debíamos volver a casa, de hecho ya no sé qué sensación sea esa porque hoy me siento fuera del planeta, si, así se siente cuando llegas a un lugar nuevo y desconocido, y en especial cuando todo va tan deprisa. Pude ver como todos hablaban, planeaban, sonreian y hablaban, pero nada me incluía a mi, sentí que mi recibimiento era un asco.
La única niña que había conocido era Pía, la hija de Héctor y ni siquiera levantaba la mirada  para verme.
Yo no quiero ser Pía, quiero ver la vida, quiero conocerla vivirla y sentirla, mañana saldré a conocer el lugar aunque sea sola.

Nota mental: no te amargues tan rápido Lily vamos, esto apenas comienza.

Luis de la Rosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora