El vacío.

259 35 9
                                    


Después de tanto tiempo, he vuelto. Me fui de viaje y conocí la nieve por primera vez, supongo que la insipiracion nace muchas veces de conocer cosas nuevas. Como sea estoy listo para continuar escribiendo sobre estos dos, espero no hayan perdido interés en esta cosa que publico(?) que lo disfruten, cambio y fuera~


Hacía mucho frío...allí en el océano.

Una vez escuché a Stuart decir aquello entre dientes, mientras dormía. Más específicamente la noche en que tuvimos sexo, la noche en que el océano parecía cubrirme a mi en forma de pensamientos que nublaban mi juicio y solo me hacían sentir una enorme carga de culpa y vacío. El vacío del silencio, de la televisión llena de estática frente nosotros, el de aquella fuerza misteriosa que actúa sobre nuestros cuerpos cuando los murmullos fuera de la habitación se hacen demasiado sospechosos, ese miedo a lo que hicimos...el miedo a lo que hice abandonando a Snake allí en Saltadilla, el miedo a lo que hice follandome a Stu como un animal, temiendo que todo acabara allí. El vacío que de alguna manera desaparecía entre los brazos del cantante tocando muy suavemente mi piel, tratando de crear una suerte de abrazo entre sus pesadillas.

Tal vez pensé tanto en mi propio vacío que no había notado el mar oscuro en que el peli azul estaba metido en contra de su voluntad. Poco sabía yo de aquella fortaleza maloliente que había capturado a la dulzura ahora frente mío por tanto tiempo, claro, ¿Por que debería yo saber sobre cuántas cosas sucedieron en Plastic Beach? No había que conocer tanto del tema como para sentir un enorme dolor al escuchar aquella frase salir tan repetidamente de los labios del mayor. "Hacía frío...hacía frío, allí en el océano" me repetía, tal vez anhelaba que yo lo escuchara, y si que lo escuchaba, pero él estaba dormido. Dormido entre aguas y monstruos marinos.

Tal vez todo radicaba en ello. Tal vez el baño del bar se volvió tan frío por eso. Tal vez hubo buenos momentos en Plastic Beach, tal vez debería ver más allá, escuchar a Murdoc como fui su leal amigo durante años, pero ¿como me era posible darle la razón a Murdoc luego de ver tanto temor en los ojos de Stuart al hablar sobre aquel encierro?

Yo simplemente no entendía quien había sido mi amigo por tantos años, quien me había pedido tomar su lugar en la banda, quien pudiese ser tan cruel. Me llamó una noche destrozado, llorando su alma hacia afuera, balbuceando oraciones incomprensibles sobre cómo 2D lo había abandonado, sobre cómo la isla era solo un montón de basura solitaria sin la presencia de aquella voz aguda cantando por los pasillos con un tono trastornado y triste, sobre cómo...lo había amado todos esos días.

Al escuchar su voz por el teléfono me parecía solo una broma cruel, de un mal gusto terrible. Creía que el satanista al fin había aceptado que raptar a Stuart por la fuerza y cerrarlo era un acto de naturaleza horrorosa, con una maldad impensable, que se sentía feliz de que el de ojos negros hubiese escapado de esa prisión submarina, de que estaba dichoso de ya no torturarlo más...pero solo dijo que lo extrañaba.

Si alguien me preguntara por qué tomé el puesto de un hombre tan horrible supongo que contestaría que por una vez quería que todos esos chicos sintieran lo que es vivir de forma tranquila y considerada. Y si a su vez alguien me preguntara por qué odio a Murdoc Niccals respondería que lo conozco lo suficiente como para no odiarlo, como para saber que bajo esa carcaza de maldad hay algo más suave y tierno, pero al mismo tiempo diría que como lo conozco tanto para quererlo, lo conozco muchísimo más para no perdonarle las barbaridades que hizo.

Supongo yo que así e incluso mucho más complicada debió haber sido la amistad de Stu con el bajista, ya que claro, yo era a penas un muchachito de 18 cuando lo conocí, al terminar el show deje de verlo por un tiempo, pero algo muy distinto es convivir y conocer a alguien tan complicado durante más de 20 años. Sufriendo y adorando a la vez, amando a alguien que solo te hace doler. Ay Stu, no imaginaba que estuvieses tan perdido. Pero bueno, supongo que yo lo estaba igual. Ha de ser difícil dejar de pensar en alguien que ha estado a tu lado en tantas cosas y ha arruinado tu vida en tantas otras. Mierda, mientras más pensaba en eso, más deseaba darle una buena paliza al bajista nombrado.

Traté de volver a la realidad, el alcohol en sangre y el aroma a sexo eran dos sensaciones demasiado prominentes en el pequeño cubículos donde me encontraba. Donde NOS encontrábamos, mejor dicho. El cuerpo entre mis brazos se hallaba completamente agitado, tratando de recobrar el ritmo en mi pecho, mientras que yo solo acariciaba su cabellos azules para que su cuerpo logrará descansar un poco. No pasaron ni cinco segundo de esa relajánte escena para que el cantante empezara a ponerse inquieto entre mis brazos, balbuceando histéricamente algunas palabras con letras restantes, murmullos sin posible comprensión.

"Hey, hey, ojitos, ¿que sucede?"

Susurré tomando su rostro entre mis palmas. Él se limitó a mirar hacia su entrepierna completamente angustiado, respirando de forma irregular. Yo no podía estar más atónito, rápidamente tomó su bóxer y trató de guardar aquel órgano que ahora se encontraba manchado de espeso líquido blanco, juraría que en sus lagrimales dos pesadas gotas se mostraban , danzantes en sus orbes oscuros. Con una voz tierna tomé sus delgadas muñecas y las aleje de su jean, con la brusquedad con la que se estaba acomodando la ropa podría lastimarce. Sin decir una sola palabra, empecé a acomodar su prenda, el no levantaba la mirada por nada en el mundo.

"Shhh...está bien...ya pasó..."

Dije en su oído con simpleza, lleno de preocupación al verlo de ese modo, acomodando mi propia ropa. Fue aquí donde todos mis miedos y ese vacío tan fuerte empezaron a aparecer en mi cabeza. Algo tuve que haber hecho mal, tal vez lo mal interprete, tal vez las señales que me dio no eran las indicadas, tal vez él estaba demasiado ebrio y no deseaba lo que ocurrió. Cada opción solo lograba hacer que me sintiera pésimo con mi existencia, como una persona terrible, solo deseaba tener la forma de hacer sentir bien al mayor y que nada de este dolor fuese real. Bese su frente para tantear las aguas y no parecía estar incómodo con mi presencia, es más, sentí como su cuerpo se inclinaba para apoyarse contra el mío.

"A...a casa...Ace, quiero i-Irme a casa..."

Jamás había escuchado una voz tan rota en toda mi vida, jamás había sentido un dolor tan grande antes. Acomode su cabello alborotado y su playera, lo mire a los ojos por un instante, y acaricie su mano con la punta de mis dedos, él la tomo por completo. Entre pasos torpes hice mi camino guiando al contrario lo mejor posible, el muchacho no levantaba la mirada. Encontré a Russ y a Noodle lo más rápido que pude, sin decir nada nos subimos al auto y nos dirigimos a casa, en silencio, como expectantes de que algo más sucediera.

El cansancio se sentía por cualquier parte de la casa, las luces apagadas por todos lados y el silencio, tal vez alguna que otra tele prendida con la propaganda de fin de transmisión, hacían que la casa en general se sintiera como nada más que un sueño.

Con un suave beso a mi mejilla, vi como la figura de ojitos negros se desvanecía entre la puerta de su cuarto y las pequeñas luces navideñas en su interior, las cuales brillaban incansables todo el año, y de esa manera, cubierto con un gran dejo de melancolía, me metí bajo mis sabanas. Un sueño alejado me golpeó de repente, todo se volvió oscuro y un chirriante sonido de estática inundó mis oídos, pronto me quedé dormido.

Entre las sensaciones nubladas de haber estado inconsciente, pude reconocer como alguien abría la puerta de la habitación, sonidos lejanos de botas iban recorriendo la habitación hasta lentamente crear presión en mi colchón, justo a mi lado. Le estaba dando la espalda a la presencia tras de mi, pero algo me decía que el peso y la calidez eran tan reales que no podía estar soñando. Con mucha rapidez un par de brazos me tomaron por sorpresa, unos suaves labios se posaron en mi oído, empezaron a hablar en susurros, rápidos y frenéticos susurros, como si necesitara con toda su alma decirme algo. 

La tormenta. (2dace fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora