Stay Alive

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En el medio de la ciudad, el hospital Skyler está en su hora pico: todas las enfermeras corrían de un lado a otro, los paciente se acumuladban y los ruidos y voces eran incesantes; pese a todo esto, al médico en jefe no le impedía llamar a su querida esposa, como era costumbre, a la mitad de un agotador turno de doce horas. Este, se encontraba en la entrada del hospital, recostado en la pared, con el teléfono en el oído.

-Amor mio ¿como estas?-pregunto el médico sonriendo.

-Agotada, todo este papeleo me tiene loca-decía una hermosa voz por el teléfono-No entiendo por qué los políticos les cuesta tanto organizar su papeles.-

-Si no te tuviera a ti, la ciudad de Nueva York estaría en ruinas-dijo divertido el doctor.

La mujer del otro lado rió en respuesta-Y dígame doctor, ¿cómo le va en su agradable turno de doce horas?-

-Bueno, querida secretaria; debo admitir, ante usted, que lo más complicado es no poder ver a mi querida esposa ni a mis hijos por doce horas-dijo con cierta tristeza.

-Me verías más si hubiera ido a la universidad de Princeton a estudiar leyes, y no medicina-Dijo la secretaria.

-Pues, si hubiera ido a Princeton a estudiar leyes, nunca te hubiera conocido en el momento que te caíste del árbol-

-En mi defensa, quería hacerle una broma a alguien. Ademas, ¿quien hubiera dicho que habia una araña que venia hacia mi de forma amenazadora? comprendeme, quiera comerme; tenia que uno defenderse.

Ahora es el doctor que ríe en respuesta, despues se dirigio a ver el reloj, maldijo en el fondo-Amor, debo colgar, te llamo en un par de horas, dile a los niños que los amo.

-Adiós Aaron, te amo-dijo la mujer, haciendo que el otro le hacía una sonrisa de oreja a oreja

-Te amo muchas más Theodesa-dijo el doctor Aaron Burr antes de colgar.

Asi, guardo el telefono, se acomodó la bata y prosiguió a entrar. Aaron Burr era el mejor médico que alguien podría desear, un hombre de piel negra y calvo cabello; no perdía el tiempo cuando se trataba de una vida, era rápido, perspicaz, calmado y sereno en momentos de tensión; felizmente casado y con tres niños. ¿Quien lo diria? Aaron Burr se atrevía a hacer cosas que nadie más hacía, pudo aprender de sus errores pasado y supo manejarlos bien.

Al volver a su lugar de trabajo, saludo alegre y caluroso a todo el personal que han cambiado de turno, lamentablemente, el lugar estaba lleno y solo pudo saludar a una pocas personas. En el transcurso de la jornada, pudieron calmar a la ola de pacientes y al pasar la tarde, todo fluía con naturalidad; ya despues de la hora pico, todo transcurría en orden, entre enfermeros hablaban del dia a dia y los pacientes, en su gran mayoría se iban a casa, parecía que no había nada fuera de lo normal.

No pasó mucho hasta que llamaron sobre un accidente de auto, al parecer, un chico había sido arrollado por un camión y se encontraba en un estada muy grave; los médicos y enfermeros se pusieron, al segundo que se les notificó que llegaría en unos minutos el joven, en marcha para preparar todo para la llegaba del joven.

Pasaron unos pocos minutos, cuando los paramédicos entraron corriendo, suministrando aire al joven pecoso. Rápidamente llegaron a una cama y lo pasaron entre todos para poder atenderlo; en seguida las enfermeras le quitaron la ropa y evaluar la cantidad de daño superficial.

-Su nombre es John Laurens-dijo uno de los paramédicos, varios voltearon para prestarle atención, mientras otros seguían en el proceso de evaluación-no sabemos su edad o si es alérgico a algún tipo de medicamento. Fue arrollado por un camión, múltiples heridas y posible sangrado interno e inflamación; cuando lo encontramos estaba inconsciente y su corazón dejó de latir, le hicimos rpc con éxito. Tampoco sabemos sobre su familia, el telefono que tenia con el se hizo añicos.

Voy a remediarloWhere stories live. Discover now